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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
Comienza la peculiar temporada
de pariciones de los lobos marinos
En las costas de Viedma se
renueva un espectáculo natural en la colonia más grande de estos mamíferos
En la reserva natural de lobos marinos de Punta Bermeja, a 60 kilómetros de Viedma, comenzó la temporada anual de pariciones y desde las pasarelas del acantilado se podrá admirar un espectáculo único en su tipo en la fauna patagónica.
El guardia ambiental Ariel Lapa, del Consejo de Ecología y Medio Ambiente, precisó que éste es "una temporada extraordinaria, se producirán entre 400 y 500 alumbramientos y la colonia llegará a tener, a fines de enero, unos cinco mil ejemplares, lo que la convierte en la más numerosa de toda la Patagonia".
El proceso natural se inició a principios de diciembre cuando los machos adultos regresaron a la reserva, después de invernar en otros sitios de la costa, y delimitaron los territorios para agrupar a las hembras en harenes.
Cada harén puede reunir hasta 15 hembras, bajo la mirada vigilante del "sultán" (el macho predominante del grupo), que con fuertes ronquidos y la amenaza de su dientes aleja a los machos juveniles que se acercan para olfatear y curiosear.
Los machos llegan a la madurez sexual a los cuatro años, pero hasta los diez no tienen la fortaleza física necesaria para enfrentar a un "sultán".
A principios de enero unas 500 hembras están dispuestas para alumbrar sus crías, engendradas en la misma reserva hace once meses y medio.
Los partos, que se producen en forma simultánea en varios lugares de la playa entre las restingas de piedra, son seguidos de cerca por las gaviotas de la variedad "cocinera", que casi de inmediato devoran los restos de placenta.
Una semana después, cada hembra estará en condiciones de copular y quedar nuevamente preñada, para la parición en el mes de enero del año siguiente.
Tras el apareo, los machos liberan a las hembras de su encierro y les permiten volver al mar, para alimentarse después de casi un mes de ayuno obligado.
En esa etapa, cuando las madres se internan en el agua por varios días para pescar, se forman las llamadas "guarderías", en donde una misma hembra cuida los cachorros de las otras integrantes del harén.
Hacia fines de febrero y mediados de marzo los "sultanes" comienzan a emigrar y quedan sólo las hembras, machos jóvenes y crías recién nacidas.
Un macho puede llegar hasta 350 kilos y mide casi tres metros; en cambio las hembras no superan 1,70 metro y 160 kilos. Cada cachorro al nacer pesa 15 kilos y mide 70 centímetros.
La expectativa de vida del lobo marino (otaria flavescens) es de unos 25 años y tiene un único predador: la orca, que en grupos de hasta seis ejemplares penetra en la zona, entre junio y agosto, para alimentarse.
Punta Bermeja cuenta con un sistema de pasarelas, de 200 metros de extensión, que permiten la observación desde un lugar privilegiado a 70 metros de altura sobre el acantilado, sitio recomendable para tomar fotos o filmaciones.
Ariel Lapa señaló que además de los lobos marinos, se pueden ver en estado natural gaviotas, petreles, albatros, golondrinas, loros barranqueros, aguiluchos y unas treinta aves más.
El ecosistema de Punta Bermeja es muy variado, con especies terrestres como cuises, peludos vizcachas, zorros grises y ñandú.
Para llegar a Punta Bermeja se deben transitar, desde Viedma, 60 kilómetros pavimentados de la ruta provincial 1. Hay dos puestos de control caminero donde los turistas pueden asesorarse. (Télam)
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Fotos
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Un harén en la reserva de Punta Bermeja.
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