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domingo,
31 de
diciembre de
2006 |
Yo creo: "El periodista más fuerte de fin de año"
José Luis Cavazza / Escenario
"James Brown interrumpe el show para hacer un monólogo sobre el amor. Apunta a los camarines y a su izquierda y dice «los amo, los amo a ustedes ahí arriba... casi tanto como me amo a mí mismo». Le pidió a la platea que todos miraran a un costado y le dijeran a la persona que estaba a su izquierda que la aman. Como demostración, él gira hacia la izquierda y me mira, que estoy de pie. La sonrisa que me brinda es tan natural como aquella para Fred Wesley; no se parece nada a la sonrisa de una estatua. Tal vez ese momento sea el último contacto personal con James Brown por el resto de mi vida, un momento entre tantos. I feel good". Con este párrafo impecable el periodista norteamericano Jonathan Lethem dio por terminado el amplio reportaje al "padrino del soul" publicado en la edición norteamericana y brasileña de diciembre de la Rolling Stone. Brown, por si hay que aclararlo, murió el lunes último. Y el pobre Lethem pasará a engrosar la extensa lista de periodistas "fuertes" de todas las redacciones del mundo. La perla de un año en que no pasó demasiado en el mundo de la música, donde sí hubo un par de buenos discos que, lo mismo, pasaron desapercibidos en esta red cibernética donde medio mundo cada vez más baja(mos) música por las tuberías inhóspitas de la internet. Del par de buenos discos me acuerdo de uno: "We shall overcome: The Seeger Sessions" de Bruce Springsteen y su grandioso séquito de 17 músicos, un tributo al legendario cantautor folck Pete Seeger. Duele esta elección porque es como aceptar mansamente lo que suelen decir los rockeros veteranos y escépticos: "Siempre nos quedará Springsteen". Aparte del electrizante folk and roll de este disco tan divertido y acompañado por un DVD que muestra a la banda rural en pleno grabando en una casa de campo, lo realmente bueno es que en los conciertos de presentación del álbum por Estados Unidos buena parte del público no entendió correctamente el mensaje de El Jefe o bien algunos le pasaron factura por su apuesta perdedora en la campaña de John Kerry. Pero el bueno de Bruce miró siempre para adelante y volvió a las raíces, subiendo al escenario de la mano de unas canciones simples, directas y de izquierdas. Por supuesto, algunos yanquis lo insultaron gritándole "comunista".
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