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domingo,
22 de
octubre de
2006 |
Entre Ríos: mañanas campestres
La casa de campo El Descanso, en Diamante, resulta una interesante propuesta natural cerca del río Paraná
Silvia Lo Presti / La Capital
El corredor turístico de la costa del Paraná en la provincia de Entre Ríos muestra un collar de ciudades y aldeas singulares en cuanto a tradiciones, cultura y diversidad natural. El "río marrón" a lo largo de su recorrido por esta provincia invita a descifrar los misterios de los isleños o de los alemanes que habitan las aldeas de la zona y que llegaron al país corridos por la pobreza de la región del Volga; conocer la fauna y la flora del Parque Nacional Predelta; sumergirse en un baño de relax en alguno de los complejos termales; programar una excursión de pesca o tomarse un respiro en alguna de las casas de campo de la región.
El alojamiento bien podría ser en la casa de campo El Descanso, situada a 120 kilómetros de Rosario, 60 de Victoria, 10 de Diamante y a 45 de Paraná. Para los rosarinos que viajan en automóvil llegar al lugar es sumamente placentero por el puente que une Rosario con Victoria, y luego tomando la ruta provincial 11, que se encuentra en buen estado.
Casa de trabajadores
El Descanso, ubicada a 500 metros de la ruta, es una típica casa de campo. Rodeada de una plantación de trigo, antiguamente alojaba a los trabajadores rurales del campo, propiedad de uno de los actuales dueños. El establecimiento, que se encontraba abandonado desde hacía tiempo, cobró un impulso totalmente diferente y se convirtió en un lugar de descanso para quienes disfrutan de la propuesta del turismo rural.
Tres dormitorios con baño privado, un gran comedor y sala de estar con una mesa rectangular donde los visitantes comparten la comida y la charla, un enorme tanque australiano convertido en pileta de natación cuando arrecia el calor, dos baños en el exterior que ofician de vestuarios en la temporada de pileta, asadores bajo los árboles, y un horizonte verde que casi no puede ser abarcado totalmente con un solo golpe de vista.
La idea del lugar es, como lo indica su nombre, privilegiar el descanso. Es por eso que resulta no apto para quienes buscan seguir conectados con la tecnología. Allí no existen televisores, ni salas de juegos electrónicos, ni nada que agregue más estrés a la ya ajetreada vida moderna. Como contrapartida, sí se pueden encontrar noches de luna llena, cielos estrellados, lluvias reparadoras, el canto de los pájaros, el silbido del viento y un cable a tierra con conexión directa a la naturaleza.
Para los más atrevidos, una cabalgata o un paseo en sulky por los campos cercanos puede ser de tanto impacto emocional como escalar el Aconcagua o montarse sobre una tabla de surf.
También, en caso de que interese, se pueden programar excursiones de pesca con baqueanos del río que cuestan alrededor de $140 para cuatro personas, con equipos y sin carnada; una visita al Parque Nacional Predelta; una recorrida por la ciudad de Diamante o por las aldeas de los alemanes del Volga, o quizá una visita a una granja educativa cercana donde vivenciar las actividades vinculadas a la cría de animales o la elaboración de dulces, tortas y chacinados.
Los muebles y objetos que adornan la casa tienen la impronta del trabajo rural. Ruedas de carros convertidas en respaldos de camas, utensilios de labranza reciclados para el uso cotidiano, y la madera y el hierro como protagonistas de ambientes amplios y que invitan al encuentro distendido.
La gastronomía de la casa es un plus. Todos los alimentos se elaboran en el lugar, desde el pan casero, el puchero y la sopa de gallina, hasta el arroz con leche o el matambre a la ordeñadora. Tanto Javier como Alberto, los propietarios del lugar, se encargan directamente de la atención de los visitantes. Esto hace que la estadía se transforme en un encuentro con viejos amigos.
La estadía en El Descanso cuesta $70 por persona para el régimen de media pensión; $90 para la pensión completa ($140 la pareja), y los menores de 10 años pagan $35 la media pensión. En todos los casos la bebida no está incluida.
La amplitud y serenidad del lugar resultan también aptos para la realización de encuentros de negocios o empresariales.
Proyecto termal
La ciudad entrerriana de Diamante proyecta una serie de obras de envergadura destinadas a impulsar el turismo como potencial económico, cultural y humano de la región. Entre los proyectos en marcha se encuentra la construcción de un complejo termal con fines terapéuticos.
Para esto el municipio adquirió un predio de 160 hectáreas donde ya comenzó la excavación en busca de las aguas sanadoras. Hasta la fecha llevan perforado hasta los 400 metros, debiendo alcanzarse la profundidad de los 1.500 metros aproximadamente.
Del proyecto intervienen la Municipalidad y la Caja de Jubilaciones de los empleados municipales. Además, la actual gestión municipal se encuentra trabajando en un proyecto de recuperación de la costa del río Paraná, que sumará playas y sectores recreativos para el turismo.
Hoy ofrece un camping municipal de frondosa vegetación y con todos los servicios y paradores enmarcados en espacios naturales con playa sobre el río y servicio de guardavidas y proveeduría.
Las zonas destinadas a la pesca son muchas y algunas cuentan con el servicio de guías especializados. En esta zona el río es generoso en la provisión de bogas, amarillos, sábalos, dorados, surubíes o rayas.
Diamante es conocida en el país porque anualmente convoca a los motoqueros a un multitudinario encuentro internacional de motos que se realizó en septiembre último, y por el Festival Nacional de Jineteada y Folclore, previsto para enero del año próximo.
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Fotos
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La galería de la casa invita a disfrutar de los coloridos atardeceres entrerrianos.
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