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 domingo, 22 de octubre de 2006  
Después de la batalla. San Vicente, bajo la lupa del sociólogo Julio Godio
"Los sindicatos no entienden lo que el país se juega hasta el 2007"
Asegura que los incidentes generaron costos a los gremios pero no afectaron directamente a Kirchner

Javier Felcaro / La Capital

Los choques entre camioneros y obreros de la construcción que días atrás impregnaron de violencia el traslado de los restos del ex presidente Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente desnudaron, según el sociólogo Julio Godio, "las dificultades que tienen los sindicatos" para posicionarse en el nuevo mapa político que el gobierno diseña para el 2007.

Además, el director del Instituto del Mundo del Trabajo advirtió a La Capital que balas, palos piedras y puños, condimentos del fallido homenaje al fundador del Partido Justicialista (PJ), provocaron "costos innecesarios" a los gremios, aunque no hicieron mella en el presidente Néstor Kirchner.

-¿Qué intereses colisionaron en San Vicente?

-El balance es negativo en todos los aspectos. Fue un hecho lamentable, de extrema gravedad, a contramano de la vida política y económica del país. Les produjo costos innecesarios a los sindicatos, que venían de lograr éxitos. No lo afectó directamente al presidente, aunque sí le impidió estar frente a los trabajadores en una jornada clave. Esto demuestra las dificultades que tienen los gremios para ubicarse dentro de la gran discusión de la bipolaridad política. Los sindicatos venían jugando un papel muy importante. Los incidentes se explican en el hecho de que los organizadores del acto no terminan de entender lo que se juega de aquí a octubre de 2007.

-¿Cuál es el problema?

-El problema central para los sindicatos es cómo ubicarse frente a la construcción política de una nueva bipolaridad de fuerzas en el 2007, que pondrá fin al viejo bipartidismo, el del PJ y el radicalismo. Se viene la conformación de un polo de centroizquierda, cuyo núcleo hegemónico es el kirchnerismo, la concertación plural. Todo indica que la gran mayoría de los trabajadores se inclinará por esa opción. Y es necesario un componente de representación sindical. A su vez, se está armando otro bloque con la figura más nítida del ex ministro de Economía Roberto Lavagna y sustentado por la UCR y sectores duhaldistas, un imán que también atrae a fuerzas de la centroderecha.

-¿Kirchner no paga ningún precio por los enfrentamientos?

-Los organizadores del acto le hicieron un flaco favor a la memoria de Perón, al tiempo que el escándalo impidió que Kirchner y Hugo Moyano hablaran públicamente juntos. El presidente iba a decir que ese lugar donde descansan los restos del general serviría de motivación para enfrentar la nueva etapa política.

-¿Cómo asimiló la sociedad lo ocurrido en la quinta?

-Crearon una imagen de intolerancia y de violencia que no se corresponde con la práctica que los sindicatos venían teniendo desde el 2004. Tampoco coincide con la nueva etapa política que el país se apresta a vivir.

-Se habló de conspiración y de la sombra del ex presidente Eduardo Duhalde...

-Es producto de una improvisación política que, quizás, también favoreció a sectores más negros que pudieron haber metido la cuchara para estimular la confrontación entre camioneros y trabajadores de la Uocra.

-El presidente no romperá lanzas con Moyano.

-Kirchner mostró su gran preocupación. Públicamente usó una expresión: "Estos no entienden de qué se trata. No cambian más". Había alcanzado con Moyano puntos de acuerdo que permitieron las negociaciones colectivas. En marzo próximo comenzará la nueva ronda de tratativas salariales, basada en el cronograma pactado entre el gobierno, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT y otras organizaciones. Será importante para mantener la paz social frente a escenarios posibles de desorden político. Hay sectores de extrema derecha que quieren embarrar el año electoral. Entonces, el presidente naturalmente no tratará de presionar para que lo desplacen a Moyano. Más bien le conviene que siga.

-¿Y la suerte del camionero al frente de la CGT?

-El problema es que cada vez queda más en claro que la CGT, de aquí en adelante, descansará en la capacidad que tengan los dos grandes sectores sindicales. El que va con el presidente y el que piensa ubicarse en forma pragmática como negociador constituirán las líneas de fuerza principales. De ellas dependerá, si son capaces de alcanzar acuerdos, la estabilidad de la CGT y la propia supervivencia de Moyano. Creo que si el sector del camionero se plantea resistir a un embate para desalojarlo y los que quieren desplazarlo impulsan sólo eso y no la discusión de los problemas de fondo de acá al 2007 podemos presenciar otro escenario mechado de actos de violencia.
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Godio dice que los sindicatos no interpretan el actual contexto político.

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