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 domingo, 22 de octubre de 2006  
San Vicente sacó a la luz la feroz interna bonaerense

Los violentos enfrentamientos entre patotas sindicales durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente sacaron a la superficie la interna kirchnerista para la Gobernación bonaerense en 2007 y obligaron a Felipe Solá a adelantar los tiempos para intentar su reelección.

Según confiaron fuentes del kirchnerismo bonaerense, Solá realizaría la semana próxima la demorada presentación para que la Justicia interprete si la Constitución provincial lo habilita a postularse a un tercer período y, de esa forma, se transforma en "el candidato" del presidente Néstor Kirchner.

Solá, junto a los titulares de la CGT, Hugo Moyano, y de las 62 Organizaciones Peronistas, el ex duhaldista Gerónimo Venegas, fueron quienes pagaron el mayor costo político por la inexistencia de un operativo de seguridad capaz de evitar los enfrentamientos del martes 17 de octubre.

Más allá de las causas de los incidentes, la denominada batalla de San Vicente sacó a la luz la interna oficialista, con pases de facturas entre quienes pretenden posicionarse para pelear por la Gobernación.

"El todos contra todos" fue la primera reacción a la que se acogió la mayoría de los peronistas bonaerenses, en un intento por salvarse del juicio crítico de la opinión pública, que creyó revivir los enfrentamientos entre facciones opuestas del "movimiento", que -salvando las grandes diferencias- algunos no dudaron en comparar con la masacre de Ezeiza de 1973.

Los primeros en hacer un juicio público sobre la violencia de San Vicente fueron los kirchneristas Carlos Kunkel y Luis D'Elía, quienes salieron a acusar al "ex presidente Eduardo Duhalde y a su esposa Chiche" de "armar" los incidentes para perjudicar a Kirchner.

Tras un día de hermético silencio, el propio presidente advirtió desde la Casa Rosada que los enfrentamientos entre sectores de los gremios de camioneros y de la construcción (Uocra) "apuntaron" contra él para "frenar el cambio" y el viernes, por segundo día consecutivo, Kirchner se refirió al tema, pero cuestionó a los sindicalistas "irresponsables" que "organizaron" el acto.

La pelea de fondo gira ahora en torno al sector que finalmente formará la columna vertebral de la "concertación plural" kirchnerista en el 2007.

La disyuntiva enfrenta a la estructura tradicional del PJ con el Frente para la Victoria, más abierto a sectores de izquierda y piqueteros.
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