El compromiso de la educación superior con el medio

Problemáticas sociales y de desarrollo, en proyectos de extensión universitaria

La UNR reclama un presupuesto específico para realizar nuevas convocatorias para el área

Matías Loja / La Capital

La docencia y la investigación son tal vez las dos funciones de las universidades que definen de manera cabal sus principales líneas de acción. Pero a ellas se les suma un tercer eje que vertebra gran parte de las acciones que las casas de altos estudios realizan con el medio en el que están inmersos.

Es que la pertinencia social de la mirada universitaria muchas veces está dada por los proyectos de extensión que realizan estas instituciones, en mano de docentes, alumnos y graduados que buscan estrechar el lazo entre la universidad y la sociedad, mediante la articulación de los saberes académicos con las necesidades reales de su entorno.

Pero más allá de la sana necesidad de la comunidad que integra este nivel de la enseñanza de abrir sus puertas y salir a realizar acciones concretas que traspasen las paredes de los claustros, la extensión universitaria interpela, aún más que la investigación, acerca del sentido de la universidad pública que, distante del mercado y del saber elitista, la acerque a las problemáticas concretas de la sociedad.

Cuestiones tales como el desarrollo local y la vivienda popular son algunos de los temas abordados por los proyectos de extensión que se desarrollan en el seno de las facultades de la UNR. Pero también las ciencias sociales ponen su impronta disciplinar en acciones de este tipo, en este caso, en temas como derechos humanos e identidad.

“Flamarión Sur: vecinos, profesionales y estudiantes juntos en espacios para crecer”, es el nombre de uno de los proyectos que, con financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación de la Nación, realizan docentes de la facultad de Arquitectura de la UNR, en colaboración con miembros de la escuela de la carrera de trabajo social.

En el ámbito estricto de la ciencias sociales, desde Humanidades se trabaja con la comunidad Toba de Rosario desde el proyecto “Biblioteca popular étnica Qomlaqtaq”, que además involucra a la Comisión de Bibliotecas Populares de la Secretaría de Cultura y Educación municipal.

Pero además de estas temáticas, hay proyectos de extensión que ligan sus acciones en cuestiones vinculadas con el desarrollo y la producción local. “En los últimos años, se ven muchas propuestas de trabajo sobre economías informales, trabajo en red, e incluso en Veterinarias trabajan con productores lecheros, en procesos de planeamiento y mejora junto a los emprendedores independientes”, comenta Norma Abraham, secretaria de Extensión de la UNR.

Según se detalla en la autoevaluación institucional de la UNR, en el período comprendido entre 1999 y 2003, los proyectos de extensión recopilados por cada facultad ascendían a los 93, la mayoría de los cuales se encontraban aún vigente. Dato que implicaba, según este informe, que la mayoría de estas iniciativas se sostienen con fondos y personal propio de cada facultad, por fuera de las partidas destinadas por la SPU a esta área.

Pero uno de los datos más interesantes a destacar en la autoevaluación de la UNR con respecto a las funciones de extensión, es que casi la mitad de los proyectos de este tipo son generados por iniciativas de las facultades o de la misma universidad, mientras que sólo un 5 por ciento nacen de una demanda explícita de la comunidad.

Realidad que, según Norma Abraham, está relacionada con que “la universidad tiene un rol muy fuerte en lo relativo al prestigio académico, que la sociedad la puso allí a resguardo de las crisis, pero que a su vez no la vincula tanto con funciones concretas sobre el medio".

Aún así, que la gran mayoría de las iniciativas presentadas sean originadas por propuestas de la UNR, indica también el interés de su comunidad académica de trabajar en acciones sociales sobre el medio. “Tenemos que tratar de confeccionar una agenda de acción, porque ya que la demanda no viene habitualmente desde la comunidad, entonces tenemos que coordinar con algunos organismos estatales, que generan políticas públicas, acerca de en qué agenda necesitan de la universidad”, señala la funcionaria de la UNR.

Por su parte, desde la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional indican que temas como higiene y seguridad laboral son parte de varios proyectos de extensión que, de manera conjunta con empresas locales, desarrollan docentes, investigadores y graduados de la institución.

“Además el tema de vinculación con el medio está incluido dentro de los planes de mejora de las ingenierías acreditadas por Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria)”, indica Federico Ferrogiaro, del área de extensión de la UTN local.

Aunque más allá del reclamo de varias universidades, incluida la UNR, de contar con un presupuesto específico para el sector, el debate se centra también sobre que temas sensibles la educación superior debe intervenir. Para Norma Abraham, “hay temas que sobrevuelan todas las disciplinas, y que la universidad debe ver que aporte hace desde la extensión”.