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 domingo, 08 de octubre de 2006  
La Rioja: las riquezas del famatina

Cuando se comienza el descenso desde la mina La Mejicana hasta Chilecito, en La Rioja, el guía cuenta que por ese paisaje de rocas pequeñas caminaron hace 2.500 años los incas que se fueron del imperio para atrapar las riquezas del Famatina. Ellos, sin saberlo, comenzaron la quimera del Famatina, el cerro al que llamaron Potosí y en cuyo entorno emplearon técnicas de laboreo novedosas y demostraron buen manejo de los metales.

Por ese lugar, donde se encontraron hachas pequeñas de bronce, máscaras ornamentales y recintos ceremoniales, se realiza ahora el programa turístico "trekking por el Cable Carril".

El Cable Carril de 34 kilómetros de extensión fue construido a fines del siglo XIX, cuando las historias del oro oculto en las entrañas del gigante dormido ya se comentaban en Europa. Para fundar la ciudad de La Rioja donde finalmente la fundó, el español Ramírez de Velasco le envío muchos recados al rey Felipe II, contándole de las riquezas minerales de esa comarca.

Le contó que con el cobre de ese cerro los criollos habían fabricado los cañones del Ejército Libertador, y ese dato fue decisivo para los ingleses, que llegaron para acaparar la actividad a través de la Corporación Minera del Famatina.

Mientras tanto, el Ferrocarril Central del Norte llegó a Chilecito para transportar el mineral que se acumulaba en las bocaminas, y el Banco de la Nación abrió su primera sucursal. El Cable Carril fue una iniciativa del estadista Joaquín V. González, que fue el gestor de esta fantástica obra ante el entonces presidente de la Nación, Julio Argentino Roca. El trabajo se le encomendó a la empresa alemana Bleichert, de Leipzig, que inició los trabajos en el verano de 1903. El medio de elevación del Famatina se inauguró el 29 de julio de 1904 y el mundo lo consideró "obra cumbre" de la ingeniería.

Las estaciones, nueve en total, se construyeron de a una, y las vagonetas -que al final de la obra sumaron 450- servían para transportar desde gente y herramientas hasta la comida. Las viejas estaciones de techos de chapa y pisos de parqué, con estufas a leña, quedaron fuera del servicio turístico cuando en 1995 se produjo un accidente fatal en una de las vagonetas.

Los proyectos para convertirlas en alojamiento para turistas, se toparon con que habían sido declaradas Monumento Histórico. Pero el Cable Carril sigue atrayendo a los turistas del mundo, que llegan a admirar sus 262 torres -la más baja de tres metros y la más alta de 56-, con un desnivel de entre 3 y 668 metros.

La excursión es de tres días y dos noches, siempre en descenso, que se inicia a los 4.000 metros de altura y finaliza a los 2.000. Abarca en total unos 50 kilómetros de marcha, y las paradas para dormir están en la Estación Nº 6 "El Cielito", y en la Nº4, "Siete Cuestas", donde se instalan las carpas tipo iglú.

Sólo hay que llevar lo necesario, ya que las mulas de carga transportan las bolsas de dormir, las comidas ligeras para el mediodía y las sopas más nutritivas para la noche.

En "El Cielito" la naturaleza marca un límite preciso; hacia arriba sólo roca pura y hacia abajo el comienzo de la vegetación. Allí, a los 3.200 metros de altura, el pasto del guanaco y los penachos amarillos son parte del paisaje. A esa altura el silencio es tan profundo que se escucha el vuelo de los cóndores, mientras las luces de Chilecito se muestran cada vez más cercanas.

A mitad del trayecto, entre la quinta y la cuarta estación, se atraviesa por un túnel de 150 metros de largo. La forma en que se logró oradar la roca figura en documentos que están en el Museo del Cable Carril, que funciona en Chilecito, la estación Nº1.

La quimera del oro se fue apagando cuando comenzó la guerra de 1914 y los ingleses se fueron. Las empresas privadas continuaron con la explotación hasta 1926, año en que cesaron para siempre. No son pocos los geólogos del mundo que a la luz de nuevos estudios realizados, aseguran que el Famatina está como si sólo hubieran arañado sus riquezas.
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El rey Felipe II de España estaba al tanto de los tesoros minerales del Famatina.



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