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 domingo, 08 de octubre de 2006  
sobre gustos
Sobre gustos: por amor al teatro
Guido Martínez Carbonell, presidente del teatro El Círculo, cuenta el detrás de escena de la centenaria sala y hasta se anima a bromear sobre fantasmas

Guido Martínez Carbonell preside el teatro El Círculo. Es abogado y también integra otras instituciones culturales, como la Fundación del Museo Castagnino o la Asociación Amigos del Museo Histórico Julio Marc. Ha publicado dos libros de poesía, "Las marcas ocultas" y "Poemas de amor y odio", y prepara un tercero. Durante su gestión al frente del teatro, al menos dos acontecimientos convulsionaron ese escenario: el Congreso de la Lengua Española y un acto del presidente Néstor Kirchner presenciado por piqueteros sentados en las glamorosas butacas. De eso y otros secretos habló con Señales.

-Hay un problema matemático llamado la cuadratura del círculo que es irresoluble. ¿Su respuesta no estará escondida en el teatro?

-Seguro. Muchos descubrimientos científicos se logran por el atajo del sueño, más que por el camino de la inteligencia. El sueño es la facultad más creativa del hombre y se patentiza en el arte. Así, en nuestros escenarios nunca dos más dos es cuatro, nunca el resultado es la suma de los preparativos, sino por el contrario, sucede la magia del arte. Después de Grecia, cuando el hombre dejó de imitar lo que hacían los dioses se dio cuenta que podía soñar, crear otro mundo subliminal, rompiendo y compitiendo con ellos. Por eso el teatro es un ámbito sagrado. Dios creó el universo, pero "Las Cuatro Estaciones" sólo las pudo crear un hombre: Vivaldi.

-¿Cuál es el último libro que leíste y cómo llegó a tus manos?

-"Historia de la belleza", de Umberto Eco, y lo compré.

-¿Qué fue lo primero que pensante cuando te consultaron para que el teatro fuera la sede central del Congreso de la Lengua?

-Ser partícipe de uno de los acontecimientos culturales más trascendentes de la ciudad y el país, y por qué no del mundo. Y por otro lado, la oportunidad de restaurar a nuevo el teatro, en el año de su centenario. Ambos anhelos se realizaron.

-¿Qué hecho cultural, social y/o político sentís que te marcó? ¿Por qué?

-Cultural: el Congreso de la Lengua, porque significó el resurgimiento de Rosario, que no fue por el bienestar económico, ni por la soja; sino cultural, cuando los rosarinos decidimos que no debíamos compararnos con Córdoba ni pedirle permiso a Buenos Aires. También me marca lo que sucede a diario en el teatro. En lo social: el Rosariazo, los saqueos, los cacerolazos. Cuánto nos ha dolido Rosario... Y en lo político, la guerra de las Malvinas, las dictaduras, los gobiernos y desgobiernos peronistas y radicales; por nuestros desencuentros, que lamentablemente se siguen repitiendo.

-¿Rosario es el mejor lugar para vivir?

-Viví en Europa, y la recorrí casi toda. También viajé por Sudamérica, Centroamérica y las principales ciudades de EEUU. Conozco casi toda Argentina: Rosario es el mejor lugar para vivir.

-Dicen que todo teatro tiene su fantasma. ¿Imaginás cuál puede ser el de El Círculo?

-Tiene muchos. Imaginate 102 años de arte, de energía en el éter del teatro. Esos aplausos, gritos, emociones, abucheos, todo ese espíritu ocupa lugar. Siempre a la noche, cuando el público se ha ido y me quedo solo sentado en una butaca de la sala, a oscuras, siento que algo me roza, y escucho voces, cantos, veo cómo la belleza cobra forma en las tinieblas, cómo se corporiza y circula el alma del teatro.

-¿Qué consejo le darías a tu peor enemigo?

-Que me siga odiando.

-Leo Mattioli va a El Círculo y Los Palmeras al Astengo, ¿Se disputan las figuras de la cumbia santafesina?

-No, se los llevó el Broadway. Quizá ganen un Magazine.

-¿Volverías a prestar el teatro para un acto K?

-Sí, podría K protagonizar "Otello" o "I Pagliacci", a pedido del público.

-¿De qué te arrepentís?

-Por ahora, de haberme arrepentido de algo. No se si arrepentirse es una actitud válida, auténtica, duradera. Cuando nos arrepentimos nos explicamos hacia el pasado, pero nuestro futuro debe ser libre e inexplicable, y seguramente éste mucho tendrá que ver con aquello de que nos arrepentimos. ¿Somos dueños de esa opción?
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Valor. "Rosario resurgió por el Congreso de la Lengua, no por la soja", dijo Martínez Carbonell.

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