|
domingo,
08 de
octubre de
2006 |
Panorama político
Binner, ¿el varón domado?
Mauricio Maronna / La Capital
La UCR lo hizo otra vez. Con la unción de Carlos Fascendini como candidato a vicegobernador, la convención partidaria intentó minar el liderazgo del gran elector opositor, Hermes Binner, y le envió al Partido Socialista varios mensajes encriptados.
Para corroborarlo hay que detenerse en la entrelínea de la declaración final del viernes en Santa Fe, un documento de manifiesta pobreza intelectual y muy poco propicio para apagar el fuego que rodea a la coalición. "Macho, dijo la partera", ironizan los conmilitones radicales, que no advierten que el dirigente rosarino tiene razón en pedir un compañero/a de fórmula de la capital de la provincia.
"Los radicales le están marcando la cancha", lo apuró un cronista a Binner, mientras el calor de las brasas para un asado en ciernes calentaba el ambiente del quincho en una noche fría. El diputado pegó un brinco y, casi desafiante, redobló la apuesta en forma de pregunta: "¿A quién? No, nunca".
Lo cierto es que el primer capítulo del culebrón iniciado por el sexo y la pertenencia territorial del potencial número dos del binomio ha sido ganado, de acuerdo a la teoría sustentada por Felipe Michlig, Juan Carlos Millet y Luis Changui Cáceres, el trío que abonó la presencia de Fascendini en un lugar privilegiado de la marquesina.
Varios pasajes del documento de la convención están dirigidos lisa y llanamente a la interna del Frente Progresista. Allí se avala la idea de apoyar la coalición "a partir de una UCR que está de pie y que asume este proceso, no desde la debilidad de quienes buscan un salvataje, sino de la fortaleza que nos da el respaldo de la historia, la experiencia, nuestros gobiernos municipales y comunales y de la representación política que hoy se expresa aquí".
Primer mensaje para los aliados socialistas: si Binner quiere ser gobernador no podrá desentenderse de la estructura ucerreísta, que tiene una capilla en cada pueblo y gestión en casi toda la extensión de la bota.
Segundo mensaje para el PS y también para el ARI: "El Frente Progresista debe ser un emprendimiento abierto a otras fuerzas políticas, en particular con un aliado de los últimos 10 años como el PDP". Los radicales intentan subir las acciones de un partido devaluado, como es el caso de la democracia progresista, para contener el ingreso de los aristas y de otras expresiones (o dirigentes) a quienes Binner intenta promocionar.
Los convencionales alertan, además, que "las decisiones que se tomen deberán ser sobre la base del reconocimiento y autonomía de los partidos y no sobre la idea de sumatorias electorales". A buen entendedor pocas palabras: los cargos se reparten entre las caras visibles de las nomenclaturas y no en base a una pretendida renovación de nombres y procedimientos.
Luego de hablar de "cogobierno", los aliados del socialismo reciben un ultimátum: "No encontrarán predisposición en la UCR las propuestas que pongan en riesgo la sustentabilidad del futuro gobierno". Léase: si rechazan a Fascendini, y van en busca de un/a dirigente por afuera de las estructuras radicales, el Frente se habrá roto para siempre.
Las fotos del anochecer del viernes dejan como instantáneas la mezcla de felicidad y euforia en los rostros de Michlig, Millet, Daniela León, Alberto Beccani (quien, como celeste en la acuarela interna, le dio sustento a la posición mayoritaria) y, obviamente, Fascendini (el héroe accidental).
Desde el PS intentan que las lengüetas de fuego estén protegidas por el off the record. "Estos tipos están locos. Creen que las elecciones ya están ganadas y lo único que les importa es asegurarse los cargos. Se lo dijimos en la última reunión que tuvimos: es una vergüenza que ya se sepa que pretenden el primer lugar de la lista de candidatos a diputado nacional, la presidencia de la Cámara baja en Santa Fe y, además, que les hayan puesto nombres y apellidos a esos cargos. ¿Y de la plataforma electoral cuándo vamos a hablar", hizo catarsis el mismo viernes a la noche un conspicuo dirigente socialista.
Alguien les dejó servida la embestida a los radicales cuando se aseguró que la fiscal Griselda Tessio era la mujer de la ciudad de Santa Fe que Binner había apalabrado. No era verdad. El líder socialista sabe que fue víctima de una operación de prensa de una usina que dice reportar a la causa socialista.
El decurso de los acontecimientos ha intentado limar el liderazgo del ex intendente rosarino, algo suicida si se tiene en cuenta que es el único en condiciones de desplazar al peronismo de la Casa Gris.
Binner está convencido de que el candidato justicialista será Carlos Reutemann y que, pese a las encuestas que hoy lo dan como el postulante más votado frente a Rafael Bielsa, Omar Perotti y Agustín Rossi, debe cerrar el resultado antes de que un gol sobre la hora tire al fondo del río la botella de champán que tenía previsto descorchar.
No es novedad que el Frente se impondrá con holgura en Rosario, aunque para extender la victoria se necesita también del triunfo en la ciudad de Santa Fe, hoy huérfana de postulantes (toda una rareza). Es (además de la capital política y burocrática) el segundo conglomerado urbano de la provincia .
El deseo de Binner lleva implícita una buena dosis de sentido común y, sobre todo, de realismo político. "Yo creo que el Lole va a ser el candidato; por las dudas me levanto todos los días pensando que el adversario será él", dice, como parte de una estrategia direccionada en dos frentes: no creer que los partidos se ganan antes de jugarlos y ningunear a quienes hoy se perfilan como contendientes.
Cierta razón no le falta. La senadora Cristina Fernández de Kirchner es la principal espada nacional que intenta que el "no" del senador se transforme en "sí" cuando el almanaque marque los primeros días del 2007.
"Que no se preocupe, yo voy a hacer base en Rosario y les voy a contar a todos cómo es que se logró este famoso crecimiento de la ciudad. El Lole se deberá ocupar del resto de la provincia", le dijo la primera dama a la principal referencia política de Reutemann en la Capital Federal. "Sí, es verdad. Algo de eso me comentaron", admitió, el viernes, el hombre de Llambi Campbell a La Capital.
Este diario hizo un rastreo de fuentes que permitió constatar el estado de las cosas. Un sondeo monitoreado por un importante consultor cercano a la familia K reveló que en la ciudad de Santa Fe Reutemann ganaría por 18 puntos las elecciones a gobernador. "Sin él en la competencia, cualquier otro escenario le regala el triunfo a Binner. La negativa de Lole preocupa a los que intentan presentarse como postulantes a intendente de la capital", revela el hombre que pasó horas analizando los números.
"Es un caso inédito, pero el silencio es su mayor capital", refuerza el sociólogo entre la parva de estadísticas. La Capital adelantó que una de las cuestiones que llamaba la atención de Reutemann es la ausencia de una ofensiva de la Casa Rosada para atraer radicales santafesinos hacia el kirchnerismo. Pues bien, la movida ha comenzado con la presencia de casi treinta intendentes y presidentes de comuna en Balcarce 50.
"Se está trabajando en esa operación, pero hay que hacer la gran Mostaza: paso a paso. Muchos, después de la convención radical, empezarán a mirar con entusiasmo la idea de cruzar el Jordán. Obvio que también hay mucha guita para obras en Municipalidades y comunas...", revalida una fuente oficial.
Pese a las prevenciones del cronista, el mismo viernes en que la UCR ponía a Fascendini como coequiper de Binner, muchos radicales rosarinos daban como "altamente posible" una fórmula compartida con el justicialista que, al final del camino, eleve el número de amperios. ¿Y a mí por qué me miran?, podría decir el actual diputado nacional Juan Héctor Sylvestre Begnis.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Michlig, Fascendini y Binner.
|
|
|