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domingo,
08 de
octubre de
2006 |
Inseguridad
y corrupción
Toda la ciudadanía se está levantando contra la ola de secuestros extorsivos, asesinatos, robos a mano armada, inseguridad en las calles, violaciones, drogadicción de menores y jóvenes, alcoholismo, etcétera. La población está desamparada ante el delito. La autorización de salida a presos para que roben y repartirse el botín, la demora en dictar sentencia por los jueces en juzgados colapsados por la cantidad de causas criminales, altas autoridades judiciales y de seguridad sospechadas de corrupción, la legislación penal relajada, la insuficiencia de establecimientos penales para recluir a los delincuentes, entre otros motivos, configuran un escenario en el que el delito se expande y no es sancionado en tiempo y forma. El fondo del problema es la corrupción, que ha penetrado en las más altas autoridades de la Nación y consiguientemente en los niveles inferiores. La corrupción comprende los delitos propiamente dichos, y el incumplimiento de los deberes de funcionario público, por acción u omisión. Siendo que el gobierno demuestra su incapacidad de terminar con la corrupción del sistema de seguridad, la ciudadanía debe seguir interviniendo y presionando en el tema, y debe juzgar a los delincuentes en juicio por jurados.
Dr. Marcel J. Castro Corbat
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