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 miércoles, 23 de agosto de 2006  
Desde La Forestal. La localidad hacía casi medio siglo que aguardaba la medida para poseer legalmente sus tierras
Escrituran medio pueblo de Los Amores en la primera quincena de septiembre
Obeid aseguró que se pone fin al sufrimiento de muchas familias de 44 manzanas amenazadas por embargos

Jorge Sansó de la Madrid

Santa Fe. - Las 44 manzanas del pueblo de Los Amores, amenazadas por distintos embargos y que estuvieron a punto de ser rematadas, serán escrituradas en la primera quincena de septiembre. "Son escrituras de dominio que ponen fin al sufrimiento de numerosas familias, cuyas tierras estaban comprometidas", dijo el gobernador Jorge Obeid. Ese anuncio fue el que los poco menos de 2.000 pobladores de Los Amores esperaron casi medio siglo. En rigor, la historia que afecta de modo directo a muchas familias compuestas por alrededor de unas 300 personas comenzó con la retirada misma de La Forestal en 1963.

Al igual que otras poblaciones que se alzaran en la cuña boscosa cuando se encontraba bajo aquél dominio imperial, Los Amores -a 500 kilómetros de la capital santafesina- sumó al sempiterno olvido que carga el norte provincial con su pobreza estructural un ultimátum más mundano.

Siempre supieron que los terrenos en los que vivieron, criaron hijos y vieron morir a sus padres eran parte de la maraña administrativa que dejó detrás de sí La Forestal con la misma desaprensión con la que liquidó el quebracho de la cuña santafesina y con ello la economía de la zona. La mayoría nunca tuvo título de propiedad pese a que los últimos jerarcas de aquella empresa supuestamente ordenaran que las tierras debían liquidarse respetando una prioridad: venderse a quienes eran sus ocupantes.

Ese mandato en manos de gerentes locales lejos estuvo de cumplirse. Las tierras fueron vendidas, distribuidas, y repartidas en operaciones engorrosas, difíciles de rastrear algunas pero que, con seguridad, nutrieron el poder de algunos terratenientes de la zona. Y con tales acciones -cuya transparencia mueve a las suspicacias de muchos- los pobladores se enterarían, muchos años después, que el suelo que pisaban y creían propio en realidad tenía dueños ajenos a ellos.


Dueño de la comuna y el cementerio
En Los Amores no fue distinto. Fue mucho peor. Medio pueblo pertenecía a don Carlos Sosa, dueño a la sazón de los terrenos que ocupan el polideportivo, el edificio comunal y el cementerio. Entre las anécdotas que el pronto desenlace feliz de la historia convierten en tragicómicas, una refiere a alguna de las peleas que los pobladores mantuvieran con Sosa en la que éste los habría amenazado con vender el cementerio no sin antes enviarle a cada familia sus deudos allí enterrados.

Es que cuando los pobladores se enteraron -y de esto no hay muchas precisiones pero fue muchos antes de que se desencadenaran los hechos actuales- que su pueblo (en rigor, medio pueblo, cementerio incluido) estaba a merced no ya de la voluntad de Sosa sino de acreedores de éste, que comenzaban a pugnar por resarcirse de los compromisos por él adquiridos, sobrevino un tiempo de inquietud que hoy confían se termine definitivamente el mes próximo con el cumplimiento de la promesa hecha por el gobernador.

Si hasta entonces las gestiones ante las autoridades para alertar la irregularidad en que vivían muchos pobladores no habían obtenido eco alguno, menos ahora que mediaba una cuestión privada coadyuvando a complicar hasta el infinitivo. Y siempre estuvo claro que la mayoría de los pobladores no podrían comprar sus terrenos por ser casi todos muy pobres ni hacer valer el derecho de ocupación ganado por años frente a dominios de propiedad de dudosos orígenes pero perdidos en los tiempos, sin la ayuda del Estado.


Asistencia legal
Los vecinos lograron entonces ser escuchados por el Servicio Jurídico Solidario, una ONG de la Iglesia Católica que desde su sede en Reconquista comenzó a asistirlos legalmente y alzar la voz en nombre de damnificados. Fundamentalmente desde que se supo que los acreedores de Sosa, entre ellos incluido el fisco nacional, habían interpuesto embargos sobre las tierras de Los Amores.

Con fecha de remates ya establecida "la febril tarea de golpear puertas se convirtió en una carrera contra el tiempo y una pelea desigual", recuerda la doctora Gabriela Contempomi, del Servicio Jurídico Solidario.


Ayuda de la Defensoría
"Al borde de perder las esperanzas llegamos un día a la Defensoría del Pueblo e hicimos allí la denuncia. Desde entonces, y por eso yo acabo de hacer un agradecimiento público al defensor del Pueblo, la historia comenzó a cambiar porque no sólo lograron que el Estado provincial tomara cuenta del asunto sino que mediatizaron la situación y el país entero se enteró de que en Santa Fe había un pueblo que estaba por ser rematado", relató Contempomi.

El gobernador Obeid tomó cartas en el asunto. Personalmente viajó al lugar, habló con los vecinos y a su regreso imprimió un ritmo de trabajo diferente a sus colaboradores encargados de solucionar lo que pasaba en este pueblo del norte provincial.

Pero ello fue sólo el comienzo de dos años de pura adrenalina, gestiones incesantes, arduas negociaciones, peleas a viva voz. Hubo que frenar los embargos -en algunos casos algunas deudas fueron pagadas por el Servicio con un subsidio del Estado- y conseguir que la Afip levantara las inhibiciones, al efecto de las escrituraciones. Se tuvieron que hacer mediciones, mensuras, relevamientos catastrales y una infinidad de trámites legales que ahora comienzan a concluirse antes de pasar definitivamente a la elaboración de los títulos de propiedad.

"Se están terminando solamente cuestiones técnicas, esto es que levantados los embargos de la Afip, firmados los poderes irrevocables por el ahora ex titular de los inmuebles a favor de la provincia y haciéndose las actas de las escrituras, sólo falta terminar algunas cuestiones en el registro de la propiedad y nada más", reveló el presidente comunal de Los Amores, Omar Walker.

Muy creyentes, en Los Amores hay velas prendidas en las casas a cada santo favorito. Y sonrisas que ahora son fáciles. Están convencidos de que la promesa oficial se cumplirá y prometen que en septiembre, cuando las autoridades vayan a entregarles sus títulos de propiedad, harán una gran fiesta.
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Los Amores está a unos 500 kilómetros de Santa Fe y tiene cerca de 2.000 habitantes.



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