Efemérides

Un 23 de agosto...

Guillermo Zinni / La Capital

1754: Nace Luis XVI, el rey de Francia decapitado por la Revolución

Luis XVI, el rey derrocado durante la Revolución Francesa y decapitado por decisión de las nuevas autoridades, nació en Versalles el 23 de agosto de 1754 y su infancia transcurrió entre el boato de la corte y la esmerada educación propia de los miembros de la realeza. En 1770 su abuelo, Luis XV, pidió para él la mano de la archiduquesa María Antonieta, hija de la emperatriz de Austria, con el fin de crear una alianza entre ambos países. Se casaron al año siguiente siendo dos adolescentes de 15 y 16 años, pero el matrimonio no se consumó sino siete años después de la boda, y como resultado del mismo tuvieron cuatro hijos. Catalogado como un hombre benévolo pero débil de carácter y poco interesado en los asuntos políticos, subió al trono a la muerte de su abuelo en 1774. El pueblo francés recibió esperanzado al nuevo monarca, el que en política exterior apoyó la guerra de independencia norteamericana (1778-1783) en contra de los intereses británicos. Pero su reinado no pudo revertir la deteriorada situación social interior, especialmente porque las reformas que intentó implementar chocaron con el recelo de la nobleza y la persistente resistencia de los privilegiados por la liberalización de la economía, lo que terminó desencadenando la Revolución. Su imagen también fue decayendo gracias a que se dejó influenciar por la reina y por una camarilla de cortesanos. María Antonieta, quien al parecer sólo se regía por la ley del capricho, no era bien vista por los franceses por su condición de extranjera, su lealtad hacia los intereses austríacos y por sus excentricidades y extravagancias a las que algunos achacaron los problemas financieros del gobierno. Por consejo de su esposa, Luis XVI apoyó al sector intransigente de la corte. En 1789 reunió a los Estados Generales y a partir de este momento se desencadenó la Revolución Francesa al constituirse la Asamblea Nacional y crear una Constitución que juró este soberano en 1790. Sus posteriores intrigas, intentos de huida, etcétera, apoyados por su mujer, lo llevaron a ser juzgado por conspiración. Por consejo de su astrólogo trataba de no hacer cosas importantes el día 21 de cada mes, pero no pudo evitar que el 21 de junio de 1791 la reina y él fuesen arrestados; que el 21 de septiembre de 1792 la institución de la realeza fuese abolida en su país y que el 21 de enero de 1793 fuese condenado a muerte y decapitado por los revolucionarios.