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 miércoles, 23 de agosto de 2006  
Un barrio sin colectivo para ir hasta la escuela
En Mendoza al 9900 reclaman transporte desde hace dos años. Los chicos caminan 20 cuadras para ir a clases

Los habitantes de las más de cien casas que tiene el barrio Floresta, situado en Mendoza al 9900, reclaman desde hace dos años un medio de transporte para que sus hijos puedan llegar a la escuela. El establecimiento educativo al que asisten los chicos se encuentra a más de 20 cuadras de allí y para llegar deben cruzar dos campos linderos a una villa de emergencia. Algunos de los padres ya optaron por sacarlos de la escuela ante la inseguridad que supone que caminen esos kilómetros. Y a modo de protesta, los vecinos amenazaron con cortar mañana la calle.

Manuela es una ex alumna. Tiene 14 años y tuvo que dejar de ir a la escuela porque ya la amenazaron dos veces. Tiene miedo y no quiere saber nada con volver a caminar por allí cada día a las siete de la mañana. A otros les robaron la bicicleta y a un niño de 10 años lo amenazaron con una trincheta. Esta fue la gota que colmó el vaso. Su papá, Héctor Ledesma, manifestó que "es un peligro para los chicos y no puede ser que nadie haga nada".

La misma situación la viven los 80 alumnos de la escuela Nº1.331 Vicente López y Planes. Los padres se preguntan angustiados hasta cuándo deberán vivir esta situación. "La educación es un derecho humano que nos corresponde a todos", argumentó Angélica Corzo, quien aclaró: "Seguiremos peleando hasta que alguien nos escuche".

Así, aunque la última vez que cortaron la calle la policía los amenazó con llevarlos presos, los vecinos dicen que continuarán con la lucha porque los mueve una razón, que para ellos es la más importante: los propios hijos.


Sin respuestas
"La Municipalidad y la provincia se tiran la pelota entre sí pero nadie nos da respuesta", manifestó Angélica, mamá de cuatro chicos que van a la escuela. "La más grande se tuvo que ir a vivir con mi hermana porque era un peligro que se fuera sola a las 7 de la mañana a la escuela. Desde allí le queda más cerca", señaló. A los más chicos, que van a la tarde, los lleva ella misma con otras mamás.

"La caminata nos demanda más de media hora sólo de ida", agregó Teresa Fernández, con tres hijos en edad escolar.

Los vecinos hablaron con concejales y hasta con el mismo intendente sin recibir ninguna respuesta. En alguna oportunidad les prometieron que iban a construir una escuela en ese barrio para evitar que los niños deban atravesar esos campos, "pero lo mismo dijeron hace dos años y no lo hicieron". Ahora la nueva promesa de la escuela se extendió hasta el mes próximo, pero los vecinos no tienen muchas esperanzas. Y vuelven a reclamar con el fin de que alguna autoridad les preste oídos.
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