|
miércoles,
23 de
agosto de
2006 |
Más mentiras de la chica que se colocó el piercing en la lengua
Primero dijo que le habían regalado el aro, que se lo había colocado en la lengua en un local del subsuelo de la galería Favorita, que la había acompañado una amiga y que nadie le había pedido autorización de un mayor. Luego, el lugar resultó estar ubicado en la galería Independencia y la amiga terminó siendo un amigo de 35 años, que presentó DNI y se hizo pasar por su tío. Las mentiras de Fernanda, de 16 años, obligaron en una semana a que los titulares de dos comercios hicieran sus descargos respectivos en la comisaría 2ª. La titular de Pin Up, el segundo comercio denunciado por el padre de la menor, le mostró ayer a La Capital la ficha con datos apócrifos que se le realizó a la joven y a su tío cuando fue a colocarse el piercing.
Junto a otras 1.600 fichas archivadas se registran los datos particulares de la chica, que concurrió al local 27 de la galería Independencia (Sarmiento 920) "el sábado 12 de agosto a las 18.30". El domicilio coincide con el real, no así el teléfono que declaró.
Se especifica que compró un piercing (se aclara tipo y tamaño) y que se lo colocó en medio de la lengua. Se detalla quién se lo aplicó y se lee que Walter Encina, cuyo documento comienza con 22 millones, autorizó como mayor de edad la colocación y dijo ser el tío de la joven.
"Nosotros hicimos lo que hacemos siempre, pedimos documentos y la presencia de un mayor que autorice la aplicación. Esta nena nos mintió indudablemente, y en más de una oportunidad, porque dijo que aquí no le habíamos dado detalles de cómo cuidarse el piercing y eso no es verdad, siempre lo hacemos y consta en la ficha", dijo Andrea Victorero.
La comerciante, quien fue citada ayer a declarar a la comisaría, le mostró a La Capital su habilitación comercial, que data del 28 de marzo de 2006 y aseguró que Fernanda "pagó 35 pesos por el aro y la colocación".
En tanto, el primer comerciante acusado por el padre de la menor, Rubén Suárez, señaló que apenas se enteró de que la chica había mentido "lloró" y durmió "tranquilo".
"Es terrible el daño que me ocasionó esta nena, y puedo asegurar que no está en mi ánimo tomar represalias. Creo que ese papá y todos los padres que tienen hijos que quieren sumarse a esta moda, deben ir a los locales y acompañarlos, ver quién trabaja seriamente. Yo sabía que no habíamos hecho ese trabajo, lo dije desde un primer momento, y tampoco dudé de mi empleado, él le colocó los aritos a mi bebé de 8 meses, le tengo confianza", dijo.
El comerciante remarcó que su preocupación pasa ahora por recuperar la confianza de su vasta clientela y la de sus pares.
enviar nota por e-mail
|
|
|