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miércoles,
23 de
agosto de
2006 |
¡Gracias
Ilar!
Es mi deseo comunicar por este medio que Ilar es mucho más que una institución: es realmente una familia. Llegué hace aproximadamente dos meses, sin poder valerme por mí misma después de sufrir un accidente cerebro vascular. Allí encontré médicos, enfermeros, kinesiólogos, mucamas (que se la pasan haciendo que el lugar brille y huela fresco porque con eso nos regalan el mejor ambiente para sentirnos cómodos y no extrañar el propio), todo un plantel que se abocó a la tarea de ayudarme a volver a ser yo misma. Con toda su dedicación y profesionalidad pero con mucho cariño, contención y mimos me sacaron adelante. Ellos exigen pero alientan a seguir y seguir, y así a todos los pacientes que allí estamos, ayudándonos y recuperándonos día a día. Estoy segura que pronto seré la mujer que le ponía el pecho a la vida y que con sonrisas enfrentaba los obstáculos, aunque ahora aprendí que cada cosa que se quiera lograr necesita su tiempo, su dedicación y su esfuerzo, pero con ayuda de manos tan amorosas, propias de la buena gente, todo se hace más fácil y posible. Estoy orgullosa y agradecida de que en mi ciudad exista un lugar y unas personas que con tanto amor nos devuelvan a la vida, comparables al amor de mi mamá, quien también me sostuvo cuando di entonces, como ahora, "mis primeros pasos".
Edith Saccone, DNI 13.788.259
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