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sábado,
22 de
julio de
2006 |
Aprobado: Central venció a Nueva Chicago en Rafaela
Mariano Bereznicki / Ovación
Salió de boxes con la firme intención de erigirse en protagonista de principio a fin. Si bien se trataba de un mero amistoso, el equipo del Negro Astrada pisó fuerte en el circuito futbolístico de Rafaela. En su presentación en el denominado cuadrangular internacional Ciudad de Rafaela, "Copa Sancor", los auriazules dejaron en el camino al recién ascendido, Nueva Chicago, con un inobjetable 3 a 2. Más allá de la victoria, la ingeniería técnica canalla deberá analizar y retocar algunas falencias que dejó ayer para no tener inconvenientes cuando comience a recorrer el trazado oficial del Apertura.
Desde el vamos, la ambición futbolística que pregonaron los dirigidos por Astrada quedó de manifiesto. Es más, cuando veían un hueco para ganar terreno en campo adversario, los protagonistas pisaban a fondo y llegaban rápidamente a generar situaciones de riesgo. Por eso, no resultó extraño que Ruben decretara la apertura del marcador ni bien habían pasado los 20 minutos.
La obra comenzó con una creación de Vitti, quien en la tarde noche de ayer estuvo por momentos intratable, y culminó con un suave toque del juvenil goleador, que sacó a relucir su chapa de artillero.
¿Nueva Chicago? Apostó a una línea de tres y a un poblado mediocampo, pero Central se encargó de desarticularlo en base al buen juego que generaban de manera ininterrumpida sus jugadores. Y antes de la campana de la media hora, llegó el segundo. El de la tranquilidad. Todo comenzó con un taco de Moreira para Coudet, prosiguió con un centro envenenado del Chacho y finalizó con un anticipo letal de un imparable Ruben. Central era un amplio dominador en el Monumental.
Si bien antes del descanso obligado Carranza aprovechó con frialdad para fusilar a Alvarez, el Torito de Mataderos no le podía hacer sombra al equipo del Jefe.
En lo estrictamente táctico, Central plasmó una línea de 4 como le gusta al Jefe que tuvo altibajos. En el medio, el barco canalla era bien timoneado por el capitán Coudet sumado a un silencioso y eficaz despliegue de Calgaro. En tanto, Vitti desarrolló al pie de la letra el rol de conductor. Mientras, Ruben demostró que está muy afilado.
En el acto final Astrada metió varios cambios pero el protagonismo siguió siendo del canalla que estampó el tercero con un misil de Coudet desde afuera del área.
Hasta el final, los auriazules le sacaban varios cuerpos de ventaja a su rival, aunque hay que remarcar que cometían algunas distracciones. Como en el descuento de Fischer, quien recibió solo y sentenció a Alvarez. Central afrontó este compromiso con autoridad. Intentó en todo momento adueñarse de la escena. En gran parte de la obra lo logró. Pero cometió algunos desacoples que deberán ser reajustados a la brevedad para no padecer las consecuencias en un futuro no muy lejano.
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