Balance de la gira oficial por España

Regreso con inversiones y buena sintonía política

Kirchner afianzó la relación con el empresariado y avanzó en las negociaciones para el pago de la deuda ibérica

El afianzamiento en la relación con el poder político español y una mejora en la sintonía con el empresariado, reflejados en un ambicioso proyecto de integración estratégica y en anuncios de nuevas inversiones, son las conclusiones que dejó la tercera visita del presidente Néstor Kirchner a la península ibérica.

También se avanzó significativamente en las negociaciones para el pago a España de la deuda de 800.000.000 de dólares que mantiene desde la crisis del 2001 (contemplada dentro de lo que se le debe al Club de París).

Durante los cuatro días que el presidente permaneció en España recibió elogios de la mayoría de sus interlocutores sobre la recuperación económica del país. Cumplió, de este modo, uno de sus objetivos: reflejar una Argentina previsible y capaz de atraer inversiones.

El repaso de los principales indicadores económicos para demostrar la recuperación registrada en los últimos tres años estuvo presente en todos los discursos y en cada reunión que Kirchner mantuvo, tanto con el gobierno español como con el empresariado.

Pero cada uno de esos datos fue siempre acompañado por una aclaración que marca la realidad del país, más allá de los números. Y que Kirchner quiso que algunos sectores, como el empresariado con inversiones en la Argentina, entendieran bien.

"Todavía estamos en el infierno, y vamos saliendo pasito a pasito", dijo el presidente, al tiempo que insistió en las críticas al FMI y a las recetas económicas ortodoxas.

La sintonía fue superior con la clase política española, que manifestó a Kirchner su satisfacción por la recuperación argentina y prometió continuar con el apoyo al país.

"La Argentina ha vuelto. La estábamos esperando", sentenció el presidente ibérico, José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente logró el objetivo de mostrar un país previsible.