Año CXXXVII Nº 49151
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales
Ovación Mundial


suplementos
ediciones anteriores
Educación 24/06
Estilo 24/06
Página Solidaria 21/06
Turismo 18/06
Mujer 18/06
Economía 18/06
Escenario 18/06
Señales 18/06
Autos 25/05

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 25 de junio de 2006  
Asomó el pibe
Lionel Messi entró y entendió cómo había que jugar el partido

El partido era un fierro caliente. Argentina y México no se sacaban ventajas y todo conducía al suplementario, una instancia que finalmente llegó y premió a la selección albiceleste. Pero Pekerman puso toda la carne al asador para intentar ganarlo en los noventa minutos. Movió el banco y regó la cancha con el tridente que la gente quería ver: Tevez, Aimar y Messi. Tampoco prescindió del talento de Juan Román Riquelme, a priori el socio ideal para los tres.

  Argentina ganó, clasificó a los cuartos y también se saluda la apuesta del DT. Sobre todo porque Messi entendió enseguida cómo debía jugar el partido. Siempre gambeteó para adelante, le imprimió vivacidad a los ataques y no le escapó al bulto cuando el trámite demandaba transpirar. Tampoco se excedió en la individual, una marca registrada en su repertorio de amagues y gambetas.

  Esta vez sí Lionel se asemejó, en ciertos pasajes, a ese jugador que todos señalan como la gran aparición en los últimos tiempos. El pibe necesitaba una actuación reivindicatoria para borrar de un plumazo la opaca imagen que había dejado el miércoles ante Holanda.

  Es cierto que no tuvo una producción de otro mundo. Pero le alcanzó para destacarse, pese a que jugó sólo 15 minutos y el alargue.

  Seguramente de cara al choque del viernes ante Alemania por los cuartos de final, las especulaciones periodísticas ubicarán en un lugar casi exclusivo el ingreso de Messi entre los titulares. Sobre todo porque el nivel de Saviola distó bastante del que sorprendió en los primeros partidos.

  Habrá que ver si Pekerman se decide a desarticular la dupla de ataque por la que apostó y confió siempre. En todo caso, la saludable puesta en escena de Messi y, en menor medida la de Tevez, lo pondrá en el lindo aprieto de elegir a las piezas adecuadas para desarmar la maquinaria alemana.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
A puro corazón, Argentina sufrió pero festejó



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados