|
domingo,
25 de
junio de
2006 |
Una áspera relación
Las invasiones inglesas fueron la antesala de una relación económica privilegiada y por momentos áspera en el plano político. Tras la resistencia a los intentos de colonización militar, en 1824, Bernardino Rivadavia, efectivizó un empréstito por un millón de libras esterlinas con la Banca Baring, perteneciente en parte a la corona británica, con el objeto de construir el puerto porteño y fundar ciudades sobre la costa y fronteras del país. Como garantía se hipotecaron todas las tierras fiscales.
En 1833, el Reino Unido, después de la destrucción del asentamiento argentino en Puerto Soledad por parte de Estados Unidos, invadió las islas Malvinas y desalojó a los pobladores argentinos.
Otro polémico pacto con inglaterra fue impulsado en 1933 por el vicepresidente Julio Roca (hijo) y el ministro de Comercio británico, Walter Runciman: Inglaterra se comprometía a comprar carne local y Argentina liberaba impuestos sobre productos ingleses, prohibía a los rioplatenses la instalación de frigoríficos y otorgaba el monopolio de los transportes públicos a una empresa inglesa.
Luego vendría el desembarco de tropas argentinas en Malvinas, el 2 abril de 1982, dispuesto por la dictadura militar. Pero el 14 de junio el Reino Unido recuperó el archipiélago, que usurpa hasta hoy.
enviar nota por e-mail
|
|
|