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domingo,
25 de
junio de
2006 |
La angustia de buscar un lugar en el mundo
La muestra que se exhibe en el primer piso de la Plaza Cívica incluye un video con tres historias de vida, las de Kiko, Humberto y María Luisa que dejaron su terruño en distintas circunstancias y momentos históricos. Un adolescente rosarino, un joven político chileno, y una niña vasca, respectivamente.
Con doce años, María Luisa no entendía las razones de la guerra civil que asolaba España. Ni cuando su mamá la subió a un barco con su hermanito de siete y a otros cuatro mil niños españoles para alejarlos del horror rumbo a Inglaterra. No olvida la primera noche en ese suelo extraño, cuando perdió de vista a su hermano y gritó hasta la mañana aferrada a una reja.
Lo halló entre los refugiados y sus vidas tomaron rumbos diferentes. Ella trabajó en el campo, despiojó huérfanos, fue voluntaria y antes de cumplir 20 años ya había viajado a Francia buscando un lugar en el mundo que al final encontró, cuando se subió a un barco y sin más fundamento que su intuición bajó en la Argentina. Recién treinta años después y ya afincada en Rosario, volvió a ver a su madre.
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