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domingo,
25 de
junio de
2006 |
Historias de destierros
en el Día del Refugiado
Las actividades para conmemorarlo arrancaron el miércoles y cierran hoy con un filme en la Plaza Cívica
Antiguas como el mundo, dolorosas como las tragedias griegas, entrañables como Joaquín Sabina cuando canta "Con la frente marchita", las historias de destierro conmocionan y sorprenden siempre. Vínculos que jamás se recuperan y paisajes domésticos que se desdibujan por evocados. Son los exiliados y refugiados, los que rearman sus vidas lejos del lugar en que nacieron. Unos jamás regresan, otros vuelven, todos quedan atravesados por la tristeza.
"Un refugiado es alguien que por razones de persecución fundada, ya sea política, étnica o religiosa, debe abandonar su país", explicó la licenciada Mariana García, delegada de la sede local de la Dirección Nacional de Migraciones. "Migrar interrumpe lazos con la familia, la tierra y la cultura, si se hace por peligro de vida, o por estar acuciado por la economía o el subdesarrollo, el trauma se profundiza", graficó.
El refugio es un instituto de protección dentro del derecho internacional en la normativa migratoria. Alcanzó su estatus en 1951 y desde entonces está garantizado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur). El 20 de junio es el Día Internacional del Refugiado y la Comisión de Exiliados Políticos de Rosario organizó distintas actividades para conmemorarlo.
"Esa fue la única iniciativa que hubo y participamos con la muestra «Migrantes, refugio, exilio y derechos humanos»", comentó García. Se trata de paneles con fotografías y videos que dan cuenta de historias de vida que tienen un eje común, el desarraigo forzado.
"No todos los exilios devienen en refugio", ilustró García. Un exiliado puede pedir o no refugio si lo hace, tiene el beneficio de la asistencia humanitaria. El refugio no siempre estuvo disponible, cuando los exiliados argentinos llegaron a España en la década del 70, el Acnur aún allí no estaba vigente allí, al igual que en otros países.
En la última década llegaron decenas de refugiados a Rosario. En lo que va del año ya entraron 11 mientras que en el 2005 sumaron más de 30. No todos se quedan, algunos desde acá toman otros rumbos. Sus datos deben quedar en reserva y entre otros países, vienen de Africa, de Europa del Este, de Cuba, Perú y Colombia. Africanos y rumanos, se cuentan entre los que se volvieron.
Los refugiados ingresan a través de la Dirección de Migraciones. "Tenemos la zona de mayor volumen agroexportador del país y por eso mueve buques de distintas partes del mundo", relató García. Los controles están a cargo de 17 inspectores que llegan en lancha hasta la rada para abordar los barcos.
Si durante la inspección detectan pasajeros clandestinos, los entrevistan para definir la situación. "A veces no saben pedir refugio en forma directa pero a veces se infiere de las preguntas que están en peligro de vida", relató. No pocas veces el idioma es una barrera fuerte y debe recurrirse a los traductores.
El subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe, Alfredo Vivono, dijo que en los últimos 30 años unos 500 mil argentinos tuvieron que dejar el país. La cifra se forma sobre cálculos y las salidas responden tanto a motivos ideológicos como a crisis económicas. "Las secuelas del exilio son muy fuertes, es una de los factores más grandes de estrés", explicó el funcionario. Y consideró que a esas expulsiones las produjo un modelo de país que ahora debemos poner en discusión y tratar de cambiar.
Vivono dijo además que desde su secretaría impulsó a los exiliados rosarinos a reunirse. Así surgió la Comisión de Exiliados Políticos. Las actividades por el Día del Refugiado que culminan hoy con la proyección de la película "Amigo Mio", en el Patio Cívico (San Lorenzo al 1900), también incluyó una charla donde, entre otros, disertó Rafael Bielsa.
S.C.
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Fotos
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La muestra contiene fotos, cartas y objetos de las víctimas del exilio y sus familiares.
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