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 miércoles, 22 de septiembre de 2004

candi
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Agradecemos a los lectores las cartas enviadas y los comentarios y pedimos disculpas porque por razones de tiempo y espacio no todas pueden ser publicadas. De todos modos, todas son leídas y sirven en no pocos casos como tema de estas charlas. Mañana publicaremos una carta muy interesante que nos envió hace algún tiempo Mario Torrisi sobre los jóvenes y los tiempos modernos. Pero hoy vamos a un mail remitido por Jorge Ferro con consideraciones sobre la inseguridad.

-¿Qué dice el amigo Ferro?

-Leo su mail: "Por medio de la presente quisiera expresar una síntesis del planteo y conclusiones resultantes de los razonamientos formulados en mi anterior carta enviada sobre el tema "inseguridad". Del planteo y enfoque del problema de la "inseguridad" surge que existen dos factores determinantes que deben considerarse: un factor es el carácter de racional o irracional del accionar de las personas que cometen los delitos graves que afectan en forma grave la seguridad social. Y el otro factor es la impunidad de los autores de esos delitos. Considerando estos dos factores se puede realizar el siguiente razonamiento: Si todos los delitos graves que se cometen son acciones racionales y se elimina totalmente la impunidad (de forma que toda acción delictuosa cometida es efectivamente penada), entonces la inseguridad desaparece. En este razonamiento, la conclusión: (la inseguridad desaparece) resulta verdadera siempre y cuando sean verdaderas las dos premisas: todos los delitos graves que se cometen son acciones racionales y se elimina totalmente la impunidad. En conclusión la ciencia lógica nos revela que para solucionar el problema de la "inseguridad" social y más aún recrear un mundo como Dios manda, solamente debemos lograr queá sean racionales todas las acciones de los integrantes de la sociedad y que no exista impunidad para nadie. Como diría Sherlock: "Elemental Watson". También muchos saben que existe un poder siniestro que intenta destruir la predilecta creación de Dios, el ser humano, y que para lograrlo actúa desde las sombras precisamente afectando la racionalidad de la gente de bien a la que se intenta denigrar y sumir en la desesperanza mediante políticas sociales y económicas que implementan con impunidad las sabandijas vernáculas (dirigentes, funcionarios y políticos argentinos corruptos y sometidos al servicio del siniestro poder). Concluyo reiterando: No hay contra el amor la fe y la esperanza en Dios. Saludos cordiales. Jorge Marcelo Ferro".

-Cuando nosotros días atrás hablamos de seguridad, Candi, muchas cosas quedaron en el tintero.

-Por supuesto, porque es un tema tan amplio y tan complejo que es imposible desarrollarlo aquí completamente. Convengamos en que si bien es cierto y coincidimos con lo que dice Ferro, no es menos cierto que una verdadera política de erradicación de la inseguridad debe comprender, primeramente, la satisfacción de todas las necesidades básicas de los hombres. Esto brilla por su ausencia en este país.

-Con agravantes.

-Claro, con el agravante de que la impunidad se ha convertido en una institución que convive, paradójicamente, en el mismo edificio de la justicia. Y con más agravantes, como que se sustenta la aplicación de teorías penales como si esta sociedad tuviera el problema socio-económico resuelto y el delito fuera algo excepcional al modus vivendi, cuando todos sabemos que es exactamente al revés.

-Sin considerar, entre otras cosas, que la inseguridad no solamente es aquí de índole penal.

-¡Ah, pero por supuesto! Podría decirse, y retornando al tema, que la inseguridad que proviene del auge delictivo es la consecuencia de otro tipo de inseguridad. No hay derechos elementales satisfechos, no hay planes profundos y responsables con miras a las próximas generaciones y sólo se improvisa -muchas veces mal- para el presente. No se siembran bases morales y éticas que impidan que trastabillen las estructuras jurídica, económica y cultural y sólo existen movimientos sísmicos cotidianos que hacen que todo sea inseguro. Es decir, mi querido Inocencio, si algo caracteriza a este país es el tambaleo. Hasta mañana.

Candi II
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