Viajeros del Tiempo

Rosario 1905/1910

Guillermo Zinni / La Capital

La fuerza policial contra la fogosidad oratoria. El jefe de policía de Buenos Aires, coronel Dellepiane, ha tomado la resolución de dar cuenta a la Justicia de todos los discursos que se pronuncien en público y que sean calumniosos para el presidente de la República y sus ministros. Así, en la última manifestación socialista que se llevó a cabo en la capital federal envió a un taquígrafo policial, el que tomó nota de los discursos pronunciados por los oradores Antonio de Tomaso y Adolfo Dickman, los que contenían frases duras para con el primer magistrado. Luego, el jefe de policía puso en antecedente al fiscal dr. Sosa, quien acaba de expedirse en un largo informe en el que sostiene que hay una diferencia entre la crítica, que es un derecho, y el insulto, la calumnia o la injuria, que constituye un delito. Sostiene que desde el momento en que a una autoridad política no se le guarda la consideración que a cualquier ciudadano debe dispensarse, se coloca a ese gobernante en un nivel más bajo del que debe tener en la consideración general, lo que afloja los resortes gubernativos y da principio a la anarquía, la que llega como fatal consecuencia del quebrantamiento del principio de autoridad. Dice luego también que hay en la citada denuncia policial la demostración suficiente de culpabilidad que requiere el artículo 4° del Código de Procedimientos Criminales, puesto que el hecho delictuoso se ha verificado delante de más de 400 personas y de funcionarios públicos, uno de los cuales es el taquígrafo que ha tomado los discursos. Por estas consideraciones el fiscal pidió la detención de los fogosos oradores Dickman y De Tomaso. (1910)



Regatas y tranvías. Mañana se llevarán a cabo en Alberdi las regatas anunciadas y esperamos que no se tenga que lamentar, como de costumbre, el escaso servicio de tranvías en relación a la gran afluencia de público que allí se da cita. (1910)

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