Binner ya comenzó a diseñar el Ministerio de Seguridad provincial

Apuesta a la rejerarquización de la policía y a mejorar el servicio de Justicia en Santa Fe. Quiere reducir los núcleos de pobreza que derivan en caldo de cultivo de la delincuencia

Javier Felcaro / La Capital

Los equipos técnicos del gobernador electo Hermes Binner ya trabajan en el diseño del Ministerio de Seguridad provincial, la segunda cartera a estrenar a partir del 10 de diciembre próximo. Los objetivos a cumplir “a mediano plazo” son la reducción de los núcleos de pobreza devenidos en caldo de cultivo de la delincuencia, la rejerarquización de la policía y el mejoramiento del servicio de Justicia.

   “La idea es dar un mensaje político a través de un área específica y técnica”, explicaron a La Capital desde un think tank frentista. El proyecto, un virtual desdoblamiento del actual Ministerio de Gobierno, comenzó a diseñarse durante la campaña electoral, apostando a que el futuro conductor (a designar) planifique y ejecute acciones destinadas a reducir los niveles de criminalidad.

   Tomando como premisa “integrar a los excluidos del sistema”, la tareas preventivas apuntarán a las razones que desembocan en la delincuencia, como la desocupación, la marginación y la falta de educación.

Binner había admitido, antes del veredicto de las urnas, el “preocupante” aumento del índice de inseguridad ciudadana en la provincia, impulsando una salida laboral para los jóvenes y escolaridad garantizada para los menores como moneda de cambio.

   El entorno del socialista cuestionó que las respuestas ensayadas en los últimos años por la Casa Gris demostraron ser “ineficientes” en lo que respecta a la prevención de los actos delictivos y al accionar posterior.

   Otra meta a alcanzar es la rejerarquización de la policía, “tanto en lo económico como en lo que hace a la formación de sus representantes”, priorizando una “nueva forma de vincularse con la sociedad para recuperar prestigio”.

    Aunque, según destacaron, la cabeza del ministerio “será alguien que también genere disciplina y, al mismo tiempo, transmita valores éticos” a los uniformados.

   La agenda incluye la reglamentación de la ley del personal policial, blanqueos e incrementos salariales, actualizaciones respecto de los ascensos y promociones, equipamiento adecuado y mejoras edilicias y de infraestructura.

   Tampoco descuidarán el plano personal del uniformado (vivienda y educación). Asimismo, se evalúa la creación de un cuerpo de mediación policial para intervenir frente a un hecho que amerite una resolución, aunque no implique un delito.

   Grupos de académicos, expertos jurídicos y especialistas en seguridad delinean los cambios estructurales en el área que permitirán avanzar en un plan de gestión que, más allá de una conducción centralizada, se pondría en marcha de manera descentralizada.

   La situación carcelaria aparece como una prioridad. Por eso los socialistas y sus aliados fomentarán una reforma que intente revertir, entre otros déficit, el hacinamiento en las unidades de detención y la función del personal del Servicio Penitenciario Provincial (SPV), además de plantear opciones de rehabilitación de los internos.

Si bien la sanción del nuevo Código Procesal Penal fue calificada por la administración de Jorge Obeid como “la reforma más progresista del último siglo”, en materia judicial el Frente Progresista fogonea algo más que una adecuación edilicia e informática.

   El objetivo es transformar el modelo vigente, considerado “burocrático e ineficaz” por Binner y sus socios políticos, en otro denominado “republicano humanista”. l

El Frente Progresista apostará a rejerarquizar la policía provincial y a buscar una nueva forma de vincular a los uniformados con la sociedad a fin de recuperar el prestigio de la institución.