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 martes, 26 de junio de 2007  
La crisis de la UNR tiene una sola certeza: ya van 14 días de acefalía
No hay acuerdo para elegir siquiera un gobierno transitorio que destrabe el conflicto. Los puntos clave siguen en veremos. Hoy habría otro cuarto intermedio del Consejo Superior

Si el tiempo es sólo una convención, la dirigencia de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) tiene la propia. Desde principios de mayo y hasta la fecha todo es incierto en el ámbito de la institución. Por lo pronto se prolonga la acefalía de la casa de altos estudios: se cumplen 14 días sin que haya un nuevo rector votado por la comunidad universitaria, ni siquiera una autoridad transitoria.

   En ese marco no está claro si la reunión de hoy del Consejo Superior se realizará ni, en caso de hacerse, si se hará formalmente para pedir otro cuarto intermedio hasta mañana. Por lo pronto, parece casi imposible que se realice la asamblea universitaria llamada para el viernes en Casilda, que debería elegir el nuevo rector y debatir otros puntos vitales a pedido de los estudiantes.

   En este largo proceso, fueron los agentes nucleados en la Asociación del Personal de la Universidad de Rosario (Apur) los que pusieron coto. Anteayer habían propuesto que el Consejo Superior eligiera dos rectores que gobiernen en forma transitoria y compartida hasta que se subsane la acefalía de la universidad. El dato no es menor, ya que los trabajadores están pensando que se acerca fin de mes y no hay nadie que firme los cheques de los salarios.

   La propuesta, que dejó patitieso a más de uno, obligó a las partes a sentarse en la mesa de consenso. Pero todo fue inútil. La sugerencia de Apur fue calificada de “ilegal” por el sector que lidera Darío Maiorana (respaldado por el milletismo radical y el peronismo), mientras que fue aceptada por la Federación Universitaria de Rosario (FUR) y Ricardo Silberstein (candidato apoyado por el socialismo, independientes y radicales frentistas). Es más, estos dos últimos sectores se mostraron abiertos a estudiar otras variantes de gobierno transitorio.

   Después de un cuarto intermedio la denominada mesa de consenso se sentó en el Salón de los Espejos de la sede de Gobierno de Maipú al 1000. Allí se presentaron puntos a debatir con la mira puesta en la reunión de hoy del Consejo Superior. De estos puntos, el gobierno de la transición más la ratificación o no de la asamblea para el viernes llamada por el ex rector Aldo Gimbatti fueron los ítem de la discordia.



Dos horas más. Tal fue el naufragio del debate, que finalmente se consensuó en postergar dos horas (para las 11) el inicio del encuentro del Consejo Superior. Según acordaron todos, después de una exhaustiva reunión no exenta de ausencias temporarias para atender celulares al rojo vivo, la postergación se pidió en pos “de un tiempo mayor” de análisis de las propuestas.

   “Vamos a ir mañana (por hoy) y estamos estudiando propuestas que estén dentro de los marcos legales”, aseveró Maiorana a última hora de ayer, después de que propusiera asistir a la reunión del consejo y pedir un cuarto intermedio para “seguir aunando posiciones”. En tanto, Silberstein aseguró que el gobierno transitorio es una salida “puramente administrativa” que intenta solucionar el problema salarial de los trabajadores más la firma de los títulos, entre otros aspectos.

   El otro punto irritante es el aval o no de la asamblea del viernes próximo. Tanto Silberstein como los estudiantes desconocen ese llamado porque fue convocado sin el aval del Consejo Superior por el ex rector Aldo Gimbatti días antes de terminar su mandato. Por eso exigen que sea el Consejo o las autoridades transitorias quienes preparen el encuentro de la próxima asamblea.



Más desacuerdos. Pero este culebrón de desacuerdos no termina ahí. Es que el sector de Silberstein interpreta que la convocatoria de Gimbatti para que la asamblea universitaria sesione en Casilda es el primer llamado, mientras que el de Maiorana sostiene que es el tercero. El dato no es menor: si fuera el primero debería sesionar con quórum —la mitad más uno— pero si fuera el tercero, la asamblea podría nombrar sus autoridades en minoría.

   La Justicia se expidió ayer y dio la razón a Silberstein: la asamblea se debería realizar como si fuera en primera instancia. Ahora, a la luz de los desacuerdos, y de las ingentes negociaciones truncadas parece difícil que efectivamente se puedan elegir nuevas autoridades y que la UNR deje atrás la acefalía.



Interminable. La intrincada trama por la elección del rector de la UNR viene de crisis en crisis desde hace al menos dos meses. En el medio no faltaron patovicas, barrabravas, insultos, denuncias y amenazas. Faltazos de uno y otro lado, toma de edificios por parte de los estudiantes e intervenciones judiciales son aristas del mismo escenario: la puja por el poder en una de las universidades más grandes del país. Así los estudiantes pretenden debatir una mayor representatividad en el gobierno, mientras los distintos partidos políticos (en estos tiempos en plena campaña electoral), disputan un terreno que no es secundario.

   “Lo único que les importa son los cargos, no les interesa la universidad, ni la excelencia académica”, dicen con más o menos palabras desde todos los sectores. Pero, eso sí, lo dicen en voz baja. l


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Ayer hubo dos reuniones de la mesa de consenso en la sede de la UNR de Maipú al 1000.

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