Otra vez presidir la mesa (I)

Formo parte de una generación que tuvo que esperar mucho más de lo legal y lógico para votar, por "razones" archiconocidas, pero coincido con el lector Ramón Bustos, en que me siento tomado "de punto" por tener que hacerme nuevamente cargo de una mesa de votación, ya por décima vez consecutiva. Creo que es una tarea que debe necesariamente ser ecuánime y rotativa. El Tribunal Electoral provincial, al que tantas veces se le ha escapado la tortuga, debería poner algo de empeño para que no sigamos siendo siempre los mismos los que tengamos que pasar todo un día, en invierno, a la intemperie, como me ocurre con "mi" mesa del patio, con vista al sur, en la escuela Mariano Serrano, de barrio las Flores. En algún momento de indignación, me pregunto si me volverían a llamar si hiciera mal mi tarea. No quiero caer en la tentación de hacer la prueba, con 52 junios a cuestas.

DNI 11.871.866



N. de la R. En su carta publicada el pasado 21 de junio, Ramón Bustos plantea su queja ante el Tribunal Electoral por haber sido llamado por novena vez para presidir la mesa, ya sea como presidente o auxiliar de la misma.