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 domingo, 12 de febrero de 2006  
Educación superior: Primeros pasos en la universidad

En todo estamento social es costumbre deslindar responsabilidades, primero al que se encuentra en el nivel inmediato inferior, quien a su vez carga las deficiencias al inferior subsiguiente, y así sucesivamente. La educación no está fuera de este juego social.

Los alumnos no son los únicos responsables del fracaso en el ingreso a la universidad, ni tampoco de la deserción. La problemática social y la cultura light o posmodernidad ha llevado a alumnos (y a diversos miembros de la sociedad) a la falta de valoración del esfuerzo, escasa responsabilidad y compromiso para con los estudios, pero no todos los jóvenes responden de igual modo a esta realidad.

Los alumnos deben enfrentar la importante situación de decidir su futura profesión con menor edad con respecto al sistema educativo anterior. Y aunque toda modalidad permite el ingreso a cualquier casa de altos estudios, no dejan de ser preparaciones con distinta orientación, y por ende distintas especializaciones que actualmente se agrava porque el abanico de ofertas de estudio es mucho mayor que la de décadas atrás.

Un segmento de alumnos falla en los ingresos o desertan porque no desean seguir estudiando (a veces lo hacen porque no encuentran una salida laboral inmediata). No se puede negar la importancia de las investigaciones sobre las causas que llevan a la deserción o al fracaso. Gracias a que se ha ahondado en esta cuestión muchas escuelas medias han implementado programas o al menos estrategias de orientación vocacional y pasantías, y han puesto énfasis en algunos contenidos para facilitar a los alumnos los primeros pasos en las aulas superiores.

No menos preocupante es la articulación de contenidos entre niveles. Sería un despropósito que los contenidos para un ciclo no contengan los pilares para el siguiente, o por el contrario que se pidan en el superior alguno que no es contemplado en el inferior. La articulación es una tarea que, además de ardua, requiere de ajustes periódicos en trabajo de equipo en el que participen docentes, alumnos y otros profesionales con poco tiempo de recibidos.

Un factor que afecta considerablemente, en especial a la retención, es el sostenimiento económico de los estudiantes que en un gran porcentaje deben trabajar para autoabastecerse, o ayudar a sus familias. Muchas veces al verse imposibilitados de encontrar trabajo con poca carga horaria terminan, finalmente, abandonando y recortando sus proyectos. Una solución apropiada sería repensar los planes de estudios y ofrecer títulos intermedios que habiliten para actividades afines (algunas universidades ya lo están llevando a la práctica).

Con respecto a los jóvenes que vienen de otras ciudades se les suma a la problemática económica el desarraigo afectivo, además de tener que valerse por sí mismos frente a hechos cotidianos que deben enfrentar.

Daniel Goleman en su libro "La inteligencia emocional" dice que "los sentimientos pueden hacer estragos con el razonamiento". Un profesor, ya sea de polimodal o de enseñanza superior debería transmitir no sólo los saberes específicos de su asignatura, sino proveer los medios para fortalecer el carácter y construir valores loables.

En este sentido son alentadores los resultados de profesores que estimulan a sus alumnos, descubren sus cualidades y se las hacen ver; los desafían a superarse, les muestran estrategias para ser mejores en su profesión y los guían para ser mujeres y hombres pensantes, emprendedores, innovadores y responsables. Todos ellos ponen de sí lo mejor para construir una educación superior de la que los argentinos estamos orgullosos, y por la que se nos reconoce internacionalmente.

Lo ideal sería proveer las herramientas en las cantidades adecuadas, y en el tiempo y forma adecuada. Si cada parte involucrada en este proceso, ya sean actores directos o indirectos, asumimos responsabilidades seguramente los resultados mejorarán. Si en lugar de posicionarnos en veredas opuestas unimos esfuerzos, no sólo seguiremos sintiéndonos orgullosos por nuestras casas de altos estudios, sino también por haber incrementado la cantidad de profesionales argentinos calificados.

Alicia Caporale

Licenciada en educación

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