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 miércoles, 30 de marzo de 2005  
Perfil
Un tipo que nunca pasó desapercibido

Jorge Salum / La Capital

"¿Qué pasa acá, que nadie se ríe?". Era diciembre y Newell's celebraba la conquista del Apertura cuando Walther Cattáneo se subió a un ascensor de los tribunales y descubrió que todos sus ocupantes, abogados como él y hasta algún juez, eran hinchas de Central. Por esos días se lo veía exultante. Cualquier situación era propicia para que se pusiera a hablar de "su" club. Disfrutaba del personaje que él mismo había construido en décadas en ese ámbito y hasta se sentía reconocido, no sólo por los hinchas del club al que él llevó a Maradona sino por cualquiera que lo identificara.

Nunca pasaba desapercibido. No ocurrió ni en el fútbol, cuando fue dirigente, ni en los tribunales, por donde circuló durante casi 50 años. Solía pararse frente a un juzgado y entonces podían ocurrir dos cosas, a veces simultáneas: pedía un cigarrillo y se ponía a contar anécdotas. Del fútbol, muchas veces. Y de su profesión, casi siempre.

Eran pequeños recreos en los que deleitaba a sus interlocutores con una memoria extraordinaria, un sentido del humor incomparable y finísima ironía. Recordaba episodios increíbles ocurridos hace años, los narraba con gran eficacia y así seducía a quienes se regalaban el privilegio de escucharlo. Era un tipo simpático.

Sus colegas lo admiraban porque reunía dos condiciones envidiables para un aogado: era sabio en las cuestiones leguleyas y tenía "mucha calle", como suelen decir los penalistas. El percibía el respeto con el que lo trataban y desplegaba cierta falsa modestia al respecto. A veces parecía soberbio, pero cuando se lo conocía profundamente, se descubría que no lo era.

Aquel día de diciembre, en el ascensor de tribunales, su frase no hizo más que alimentar el folclore futbolero y disparar una serie de réplicas. Pero nadie se sintió ofendido. Todos lo conocían y sabían que de él no se podía esperar otra cosa. Y menos cuando Newell's festejaba un campeonato. Cattáneo tenía chapara para gastarlos.
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