Conductas antisociales

Propuesta para la rehabilitación de menores delincuentes

En un trabajo inédito, una psiquiatra rosarina demostró que sólo el 40% de los jóvenes en conflicto con la ley responden a patologías psicopáticas

María Laura Favarel / La Capital

Los robos callejeros, los homicidios y los abusos en los que intervienen una gran cantidad de menores son cada vez más frecuentes. Una psiquiatra rosarina se dedicó durante dos años a estudiar el perfil psicológico de niños y adolescentes en conflicto con la ley penal con el fin de detectar si las conductas antisociales son producto de alguna patología o son consecuencia del contexto en el que les tocó vivir. Del estudio de las conductas surgió que el 40% de los menores responde a patologías psicopáticas, mientras que el porcentaje restante es el resultado de carencias nutricionales, educativas y afectivas. El objetivo de la investigación, que también incluyó a las familias de los jóvenes, es elaborar medidas para la prevención del crimen enfocadas en la rehabilitación de los menores.

Este trabajo de investigación inédito en la ciudad, realizado por la psiquiatra infanto juvenil Marta Bianciotti, marca el inicio de una propuesta que intenta ofrecer respuestas a la violencia e inseguridad.

A partir de los resultados de la investigación -donde se pudo comprobar que la edad de inicio en la delincuencia es cada vez menor (10 años) y diversa la gama de delitos- la profesional se propone elaborar un proyecto de rehabilitación para menores en conflicto con la ley. "El 60% de los niños en conflicto con la ley se pueden reinsertar", sostiene Bianciotti.

El proyecto de Bianciotti vendrá a cubrir una carencia ya que según manifestó a La Capital la asesora de menores Cristina Artacho, "en Rosario no existen tratamientos de rehabilitación para chicos en conflicto con la ley".


Trastornos del carácter
Como resultado de la investigación, la psiquiatra y médica legista corroboró que no todos los niños en conflicto con la ley penal poseen conductas antisociales ni corresponden a una personalidad con tendencias psicopáticas. "Las conductas antisociales como fugas del hogar y abandono escolar no necesariamente constituyen delitos. Esto significa que no se puede hablar de conducta antisocial y delincuencia como sinónimos. Sí, en cambio las conductas antisociales tienen estrecha relación con el desarrollo de la personalidad desde el embarazo, donde se establece el primer vínculo con la madre, quien cumple un papel vital porque coloca al niño en contacto con el mundo y lo forma en modelos de interacción que marcan el desarrollo posterior", dice Bianciotti.

A partir de este diagnóstico, la profesional propone políticas basadas en la comprensión de los conflictos familiares, escolares, alimenticios y de vivienda que garantizan las condiciones mínimas para el desarrollo corporal y psíquico.

"Desde la perspectiva psicológica la mayoría de los jóvenes, a pesar de las adversidades vividas, cuentan con los recursos psíquicos para modificar su conducta delictiva", subrayó Bianciotti. "El abordaje basado en el castigo o en el aumento de la encarcelación sin tratamiento no posibilita la reinserción", agrega.


Consecuencias sociales
Si bien el 80% de los jóvenes estudiados cuentan con rasgos de personalidad antisocial, sólo el 40% se debe a tendencias psicopáticas. "Esto significa -explicó Bianciotti- que no padecen patologías mentales, como esquizofrenia u otros trastornos, sino que muestran las consecuencias de historias de hambre, desesperación y muerte".

Por su parte, las entrevistas con los padres demostraron que el 100% de los niños estudiados viven en condiciones de hacinamiento y sin ingresos fijos, lo que les impide satisfacer las necesidades básicas y los sitúan por debajo de la línea de pobreza.

En cuanto a la educación, la psiquiatra descubrió que el 30% de los jóvenes era analfabeto y el 50% había abandonado la escuela en los primeros años. A estos datos se agrega el agravante que el 70% había tenido contacto con el alcohol y drogas como cocaína, marihuana u otras.

En este contexto cobran especial relevancia los factores de riesgo a los que están expuestos los niños que carecen de educación y alimentación. Al respecto la profesional anticipa que "comprendiendo los factores de riesgo individuales, escolares y sociales e instrumentando las medidas necesarias para el desarrollo armonioso de la personalidad del niño, las conductas antisociales y delictivas disminuirían significativamente".

En cuanto a los niños y adolescentes con rasgos psicopáticos recomendó realizar un abordaje más completo tendiente a la resocialización. "Es necesario considerar programas que tiendan al tratamiento del uso indebido de drogas y la posibilidad de acceder a comunidades terapéuticas. Esto es sólo el comienzo de una posible reinserción futura", apuntó.

"Si las políticas públicas se centran casi exclusivamente en las modificaciones de la legislación penal o la disminución de la edad de la imputabilidad, sin tener en cuenta políticas de prevención que garanticen la inclusión social (es decir, que disminuyan la desigualdad social, junto a otros factores sociales) y creen sistemas que posibiliten la reinserción social de los menores delincuentes, es improbable que se pueda disminuir el delito", concluyó.

La mayoría de los jóvenes cuentan con los recursos para modificar su conducta delictiva.