Los piqueteros ponen a prueba el nuevo esquema de seguridad

El gobierno nacional dispuso un impresionante despliegue policial para custodiar las calles y la Legislatura porteña

El nuevo esquema de seguridad armado por el gobierno nacional será puesto a prueba hoy cuando piqueteros y diversas organizaciones sociales y de derechos humanos marchen por las calles de la ciudad de Buenos Aires, en una jornada plagada de protestas que tendrá a la Legislatura como el punto en el que confluirá la mayoría de las manifestaciones. Como aperitivo de las marchas, un fiscal pidió la "urgente" citación de la piquetera Nina Peloso, esposa de Raúl Castells, quien ayer habló sobre la organización de "un levantamiento popular" para derrocar al presidente Néstor Kirchner.

En ese marco, la Policía Federal desplegará un operativo de seguridad que incluye 1.500 efectivos que no portarán armas de fuego y el vallado de la Legislatura para evitar incidentes mientras se debata el nuevo código de convivencia urbana.

El ministro de Justicia, Horacio Rosatti, se abstuvo de hablar ante la hipótesis de que haya nuevamente incidentes en la Legislatura. "Esto está dentro del programa, pero confiamos en que no van a ocurrir esas circunstancias", dijo ayer el funcionario al salir de una reunión con senadores (ver aparte).

El operativo de seguridad que se montará ilustra el temor que tiene el gobierno ante la cantidad de organizaciones que se preparan para invadir la Capital Federal.

Una de ellas, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), que encabeza Raúl Castells, lanzó una dura advertencia: "No sabemos qué va a pasar, pero si al gobierno se le ocurre reprimir, que vaya pensando en que va a ser su 26 de julio, como fue el puente Pueyrredón para (el ex presidente Eduardo) Duhalde, en referencia a la represión policial que terminó con dos piqueteros muertos y el adelantamiento de las elecciones presidenciales.

Castells confirmó que su movimiento adhiere a la manifestación convocada por otras organizaciones piqueteras frente a la Legislatura, pero anunció que antes realizará su propia marcha a la Casa Rosada para solidarizarse con los desocupados que mantienen tomada una planta petrolera en Caleta Oliva (Santa Cruz).

No menos temeraria fue la amenaza proferida por la esposa de Castells, Nina Peloso, quien remarcó la necesidad de "levantarse" como en diciembre del 2001. "Los dirigentes piqueteros que defendemos a los desocupados y a los que menos tienen apuntamos a un levantamiento como el del 20 de diciembre de 2001", afirmó Peloso en relación a la recordada jornada de protesta que precipitó la salida de Fernando de la Rúa del gobierno y que le costó la vida a varios manifestantes.

"Creo que el pueblo argentino ya advirtió que el enamoramiento de la gente con Kirchner terminó", añadió, al tiempo que sostuvo que en un año y medio "este gobierno no resolvió absolutamente nada".

La dirigente afirmó, además, que "este no es el modelo de país" que quieren los argentinos, tras lo cual consideró que Cuba es el "modelo a imitar porque es un país que le garantiza las mismas posibilidades a todos sus habitantes".

A raíz de esas declaraciones, el fiscal Atilio León solicitó al juez de instrucción José Luis Rey que cite en "forma urgente" a la piquetera para que ratifique o rectifique sus dichos, que estarían encuadrados en el código penal.

Hasta el cierre de esta edición, Peloso de Castells no había recibido ninguna citación pero su situación se agravaría por una denuncia de "incitación a la violencia" que evaluaban los asesores jurídicos del intendente posadeño, Jorge Brignole.

Frente a la cantidad de marchas y organizaciones que las convocan, la Capital Federal volverá hoy a ser un caos, con el recuerdo de los incidentes en la Legislatura hace dos semanas agitándose en el inconsciente colectivo como un fantasma.

Unos 1.500 policías se movilizarán para evitar el desborde del accionar piquetero.