Memoria

El espíritu de la resistencia

La revista Militancia fue el instrumento de la acción política y la reflexión de Rodolfo Ortega Peña

Si bien Ortega Peña apoyó el desarrollo de las organizaciones armadas a finales de los 60 y principio de los 70, durante 1973 y hasta su muerte al año siguiente no se planteó "tomar el cielo por asalto", y fue partidario de la lucha de posiciones en el marco de las instituciones republicanas.

Rodolfo Ortega Peña se formó en una clásica y prestigiosa -por entonces- escuela de formación política de la izquierda argentina: La Federación Juvenil Comunista. Luego adoptó el peronismo sin abdicar del marxismo. Buscaba hacer converger ambas orientaciones, el nacionalismo y el marxismo, un poco continuando las investigaciones teóricas de Juan José Hernández Arregui.

Ortega Peña accedió al Congreso luego de la renuncia de los siete diputados nacionales de la Juventud Peronista, cuando Perón envía un proyecto para endurecer las penas represivas, luego del ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) al Regimiento de Azul, en la provincia de Buenos Aires. Un dato curioso: Ortega Peña y Duhalde daban clases en Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Y Montoneros, que controlaba la universidad, los remueve de sus cargos a fines del 73.

DE LUCHAS Y TRAICIONES

"Perón de los trabajadores y no de los traidores" dice el título del editorial de Militancia de setiembre del 73, marcando claramente los términos políticos del enfrentamiento que se viene en el peronismo, y que desembocará en el golpe militar y el genocidio. "Fueron 18 años de lucha. Resistencia dolorosa en que la militancia puso lo mejor de sí misma, tras un grito, una consigna: Perón vuelve!!"

Hasta aquí Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña, codirectores de la revista Militancia, resumen de un modo virtuoso el período de resistencia y radicalización peronista desde el 55 al 73. Y advierten que no están dispuestos a regalar los espacios ganados. Luego recuerdan la "Resistencia dura que dejó un saldo en experiencia acumulada y a lo largo de la cual las bases del movimiento fueron encontrando su propia identidad, su proyecto de Patria, como pueblo explotado".

En otro párrafo del editorial de la revista Militancia, el actual Secretario de Derechos Humanos del gobierno nacional y el ex diputado asesinado hace 30 años por la Triple A, escribieron: "Pero también hubo una constante: la negociación. Detrás de cada etapa, de cada lucha, se encontraron siempre como en un círculo vicioso, la lucha y la traición de esa lucha. Y así la militancia vio sus gritos, sus huelgas, su sangre, traficada por mercaderes que asumiendo el proyecto del enemigo trataban inútilmente de castrar su instinto revolucionario e integrarla al Sistema". La vigencia de la frase es tan potente, que merece su evocación.

R.M.