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 domingo, 01 de agosto de 2004

Códigos en las comisarías

En las comisarías rosarinas, donde el común denominador son el hacinamiento y los problemas de infraestructura, nadie podría soñar con una visita sexual formal en un ámbito separado. Pero es una práctica aceptada discrecionalmente en la mayoría de las seccionales que el momento íntimo con sus parejas se produzca al mismo tiempo que la visita común.

"La visita íntima se da dentro de la misma sala penal, los días de visita femenina. No hay una dependencia especial", revela un alto jefe policial que tiene a su cargo el control de los cerca de 1.060 detenidos en penales policiales.

En esos ámbitos los presos preparan una o más celdas para recibir a sus mujeres. Deben pautar turnos: dado el colapso de los penales las dos horas de la visita no alcanzan para todos. "A veces se nota que las mujeres desaparecen del patio. O te dicen «cuidame los chicos» y se van por un rato. Por lo general la última hora es sólo para las parejas", cuenta una mujer que tiene a su hijo preso en la seccional 1ª.

"Ese momento es privado, nadie entra, todos lo respetan porque se compartes códigos", dice la más jovencita de las mujeres, que esperan la requisa vistiendo reglamentarias polleras. "Son quince o 20 minutos. Más tiempo no se puede porque todos quieren pasar", cuenta una mujer que va a visitar a su esposo preso en la comisaría 3ª.

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