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 martes, 22 de junio de 2004

El periodista admite que el periodismo no está a salvo de la corrupción
Nelson Castro: "La libertad de prensa está mucho más amenazada en el interior que en Capital"
El conductor de "El juego limpio" alerta sobre la connivencia entre el poder y los medios de comunicación

Silvina Dezorzi / La Capital

"En los medios también hay corrupción: aunque es difícil de demostrar, la corrupción existe y la gente lo va detectando", alerta con preocupación el periodista Nelson Castro. Ese no es el único problema que advierte. La caída en la calidad de los programas, sobre todo televisivos, y la amenaza a la libertad de expresión son para él otros desafíos que por estos tiempos enfrenta la comunicación argentina. Es más, no toda por igual, por eso Castro dice que "es mucho más difícil" hacer periodismo en el interior del país que en Capital Federal: "En las provincias la cercanía del poder con los medios es total" y eso hace que la libertad de prensa esté "mucho más amenazada en el interior que en la ciudad de Buenos Aires".

-Hasta hace poco, el periodismo ocupaba en Argentina uno de los principales pilares de credibilidad institucional, pero según las últimas encuestas viene cayendo. ¿A qué lo atribuye?

-Si bien el periodismo goza aún de un nivel de credibilidad alto, se advierte una caída que atribuyo a que, por fortuna, la gente ve las cosas malas que ocurren en los medios. Porque en los medios también hay corrupción: aunque es difícil de demostrar, la corrupción existe y la gente lo va detectando. Y también se da, como producto de las pujas y la competencia, sobre todo en televisión, un importante nivel de banalización y una caída en la calidad de los programas. Y la gente se da cuenta y dice: "No me gusta que este periodista haga esto, no es coherente con lo que pienso que debería hacer".

-Detengámonos en el primero de los problemas, la corrupción. ¿Está centrada en los periodistas o en las empresas?

-En los dos hay corrupción. Ojalá alguna vez se pueda demostrar, sería muy bueno exhibir estos mecanismos, que además ponen mucha plata en juego.

-¿Quién podría denunciarlo?

-Va a ser muy difícil. Obviamente nadie lo ve. Debería aparecer algún arrepentido, a lo mejor. Sería interesante, nos haría muy bien a todos. Y pondría en evidencia a los que son corrompidos y a los que son corruptores.

-¿Es una corrupción estructural? Porque debido a la concentración puede haber un medio que esté denunciando la corrupción y otro que esté participando de ella, y ser los dos de la misma empresa.

-Correcto. Por supuesto. Tiene que ver con malos manejos entre estructuras de poder y periodistas. Esas estructuras usan a los periodistas para obtener beneficios o lograr que algún otro se calle. Esto constituye un hábito que lamentablemente sigue ocurriendo en la Argentina.

-Entonces, si hay corrupción, ¿hay verdadera libertad de prensa?

-Bueno, eso es algo que me preocupa mucho. Yo la tengo. Y un grupo minoritario de periodistas que conozco también, pero hay muchos que no tienen libertad de expresión. Yo hablo claro, no esquivo esto porque me preocupan los muchos que no la tienen. La libertad no puede ser un privilegio de pocos. Aspiro a que la tengan todos, más allá de que esto esté de acuerdo o no con los intereses de la empresa en la que estoy, que puede tener otras opiniones sobre lo que digo. La sociedad debe estar alerta. Porque si ha prestado atención, y muy bien, a lo que pasa a nivel político y judicial, o a algunas cosas que pasan a nivel económico, entonces también debe fijarse en esto.

-¿Faltan espacios de reflexión?

-Claro, no hay, obviamente porque los propios medios lo hacen un poco difícil. Pero la sociedad debería crear sus espacios, y así como existen organizaciones y ONGs que se ocupan de los comportamientos políticos también tendrían que crearse las que pusieran a los medios como sujetos de su observación.

-¿Qué diferencias sustanciales ve entre el periodismo de Buenos Aires y el periodismo que se hace en el interior?

-Valoro mucho lo que hacen ustedes, los periodistas de las provincias, porque creo que es mucho más difícil hacer periodismo acá que en la Capital Federal, y eso que Rosario tiene rasgos más cosmopolitas que otras ciudades del interior.

-¿Por qué es más difícil?

-Porque en las provincias la cercanía del poder con los medios es total. Ese poder maneja el poder económico y por lo tanto maneja los medios. La diferencia sustancial es que la libertad de prensa está mucho más amenazada en el interior que en la ciudad de Buenos Aires.

-¿Alguna vez siente vergüenza del periodismo?

-Sí, muchas veces. Cuando veo que se banalizan temas, cuando en pos de un punto más de rating se hace cualquier cosa, cuando se demuestra falta de formación para abordar los temas, cuando se usa al periodismo para perseguir otro fin. Me produce vergüenza e indignación.

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Castro afirma que la corrupción en los medios pone mucha plata en juego.

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