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 sábado, 08 de mayo de 2004

Kirchner insiste con su apuesta a la transversalidad
Cobra fuerza el ingreso de Binner al gabinete nacional
El presidente le ofrecería el Ministerio de Salud, cartera hoy a cargo del duhaldista Ginés González García

Ricardo Petunchi / La Capital

La posibilidad de que el ex intendente Hermes Binner desembarque en el gabinete nacional ha tomado cuerpo una vez más en los últimos días. Así como en su momento se habló del Pami, ahora el Ministerio de Salud parece estar al alcance de la mano del ex intendente rosarino. En la Casa Rosada se escucha decir que esta vez el presidente Néstor Kirchner estaría dispuesto a llevar a la práctica la transversalidad que declama en gestos y acciones políticas.

En reiteradas oportunidades, en público y en privado, Kirchner se encargó de transmitir que desea contarlo entre sus colaboradores. Binner permanecerá hasta mañana en Santa Marta, Colombia, donde se está desarrollando un encuentro de la Internacional Socialista. Sus hombres más cercanos aseguran que no saben nada de un nuevo intento por parte del gobierno nacional para sumarlo.

Sin embargo, las informaciones esta vez se originaron en la vereda opuesta. Aseguran que el actual ministro de Salud, Ginés González García, ya tiene decidido marcharse del cargo. Cansado de los rumores que aseguran que le están buscando reemplazante, habría dicho, sin preocuparse por quienes lo escuchaban: "A mí no me echa nadie, antes me voy solo".

Es cierto que las cosas no son sencillas para Ginés. Es un hombre del duhaldismo y permaneció en su cargo como producto del acuerdo que rubricaron en su momento su jefe político y el presidente. Pero no cuenta, ni contará nunca, con la confianza del kirchnerismo puro.

Además, los cortocircuitos entre Duhalde y el gobierno lo colocaron en una posición incómoda. Y, si la pelea se profundiza, su sillón de ministro no podrá escapar a los cimbronazos. Hombre precavido, al fin, y con visión de futuro, habría optado por irse ahora que está a tiempo para una salida decorosa antes de que no le quede otro camino.

Quienes conocen a Kirchner saben que le gusta gobernar de principio a fin de su mandato con el mismo equipo. Eso fue lo que hizo en sus distintas gestiones en Santa Cruz. Introdujo algunos enroques entre los miembros de su gabinete, pero siempre evitó las movidas profundas.

Cada uno de esos períodos de gobierno estuvo unido por un detalle significativo: fue el propio Kirchner quien eligió a sus hombres. Ahora la situación es muy diferente. El gabinete nacional no tiene su exclusivo sello personal sino que refleja el decisivo papel que jugaron el peronismo bonaerense y Duhalde en su arribo a la Casa Rosada.

Si finalmente Binner se convierte en el nuevo ministro de Salud de la Nación, la ya turbulenta relación con el PJ santafesino ingresará en un camino sin retorno. Porque al hándicap que constituye ser el candidato a gobernador con más votos en la última elección, Binner le sumará un fenomenal aparato político y de gestión que virtualmente puede abrirle de par en par las puertas de la Casa Gris en 2007.

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Binner, la figurita difícil que quiere sumar Kirchner.

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