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domingo,
02 de
diciembre de
2007 |
Santa Cruz
Los Antiguos: la tierra de las cerezas
La localidad santacruceña de Los Antiguos, ubicada a orillas del lago Buenos Aires, se prepara para una nueva temporada turística en la que espera superar los 72 mil visitantes del año pasado, en tanto continúa la zafra de cerezas y otras frutas finas, principal economía de la zona.
El lago Buenos Aires es el más grande de la Patagonia y el segundo en extensión de Sudamérica, después del Titicaca, y Argentina lo comparte con Chile, donde se llama lago General Carreras. Jorge Escande, coordinador de turismo de Los Antiguos, dijo que “los turistas comenzarán a llegar los primeros días de diciembre” y que “esta temporada va a ser mejor que la anterior. En el verano 2006-2007 nos visitaron 72 mil personas, cifra que duplicó los 37 mil de la temporada anterior”, señaló Escande, quién agregó que “el 40 por ciento fueron turistas extranjeros, la mayoría ingleses, españoles, alemanes e israelíes”.
Pero también la zafra de las cerezas y otras frutas finas, principal economía de la localidad, moviliza en el verano a trabajadores que vienen a participar de la cosecha, el procesado y el empaque de la producción frutal. Sólo la producción de cerezas ocupa el 70 por ciento de los cultivos del valle, aledaños al río Los Antiguos, una comarca donde también hay numerosas chacras abiertas al turismo.
Esta ciudad de cuatro mil habitantes, cuya temperatura anual oscila entre 12 y 22 grados, es lugar de paso hacia dos principales centros turísticos de Santa Cruz: El Chaltén y El Calafate. Los que vienen desde la costa atlántica arriban por la ruta 43, totalmente asfaltada, mientras que desde el norte o el sur el acceso es a través de mítica ruta 40. Y los que vienen de Chile lo hacen a través del cercano paso internacional Río Jeinimeni.
El tránsito de minibuses es incesante en este paso que une Argentina y Chile, trayendo turistas que vienen desde Puerto Ibañez a Chile Chico -localidad chilena de cinco mil habitantes-, a la que arriban en barcos que transportan pasajeros y vehículos.
Su nombre, Los Antiguos, se originó en el pueblo tehuelche, nómades que iban de la meseta al lago, y del lago a la meseta, en busca de mejor vida y mejor clima, y también de agua y alimentos. El clima benigno de este lugar fue propicio para que allí permanecieran los ancianos en invierno; lo llamaron Ikeu ken, que significa “lugar de los antepasados o de los antiguos”. El lago Buenos Aires tiene 2.240 kilómetros cuadrados de superficie, 881 en territorio argentino y el resto en Chile.
“Como día de nuestra fundación se eligió al 5 de febrero de 1948”, dijo Escande, quién admitió que “con la historia de esta tierra estamos en deuda. Recién ahora están apareciendo datos e indicios de interesantes episodios ocurridos en aquellos tiempos”. Los pueblos patagónicos dejaron en Los Antiguos pinturas rupestres de más de 10 mil años de antigüedad, muchas de ellas en los aleros del Cerro Zeballos, de 2.740 metros de altura.
En verano los turistas se llevan cerezas, frutillas y frambuesas recién cosechadas, pero también se venden dulces, licores artesanales y conservas caseras. Marina Basalo, titular del organismo comunal de Turismo, dijo que la actual capacidad hotelera oscila entre 300 y 350 plazas, en un hotel de tres estrellas, otro de dos estrellas y un tercero de una, además de un complejo de cabañas.
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Fotos
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El lago Buenos Aires y toda su belleza.
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