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 domingo, 02 de diciembre de 2007  
No hay pistas sobre el crimen del sindicalista
La policía sostiene que Abel Beroiz fue asesinado por encargo pero no sabe por qué

El asesinato de Abel Beroiz, titular del Sindicato de Camioneros de Santa Fe, tesorero de esa organización a nivel nacional y como tal hombre de extrema confianza del líder de la CGT, Hugo Moyano, sigue desconcertando a la policía rosarina. “Este es un hecho que nos va a robar varias horas de sueño y varios momentos junto a nuestras familias”, sostuvo ayer un hombre de la Brigada de Homicidios. En ese orden, el investigador remarcó que esto fue “un crimen por encargo”.

   De ser así, las preguntas que se hacen es quién y por qué encargó el hecho. Beroiz fue asesinado a las 7 de la mañana del martes en la playa de estacionamiento subterránea que el Automóvil Club Argentino tiene en San Luis y San Martín. El hombre guardaba allí su VW Passat 2007 e iba en su búsqueda después de haber pernoctado en el hotel Plaza, como lo hacía cada vez que estaba en Rosario.

   Al llegar a la puerta del vehículo dos hombres lo abordaron. Tres balazos calibre 38 y varias heridas con un cuchillo de hoja curva lo dejaron malherido. Murió 18 horas después en el Heca. Sin embargo, un playero del estacionamiento que llegó a socorrerlo alcanzó a escuchar de Beroiz su última confesión: dijo no conocer a sus atacantes.

   Para la policía esto puede haber sido su última verdad o quizás un testimonio que tuvo por finalidad despistar a los investigadores. Junto al cuerpo del sindicalista, de 71 años, quedaron todas sus pertenencias y una carpeta en la que los maleantes “poco profesionales” llevaban una foto de la víctima.

   Mientras que en el sepelio de Beroiz, el líder de la CGT dijo que a su entender fue un episodio vinculado a la inseguridad cotidiana, desde el entorno familiar de la víctima sostuvieron que el hombre “había recibido amenazas”. Y, aunque nadie sabe decir los motivos, todos sospechan que las mismas están ligadas a la actividad gremial de Beroiz.


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