Año CXXXVII Nº 49674
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Economía
Escenario
Señales
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 25/11
Mujer 25/11
Economía 25/11
Señales 25/11
Educación 24/11
Estilo 10/11
Página Solidaria 17/10

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 02 de diciembre de 2007  
Los vericuetos de los gentilicios: hay londinenses y londrenses
Un imperdible repaso a las más extrañas formas de denominar a la gente de un lugar

Ana María Bertolini / Télam

Consultar la lista de gentilicios puede creerse tan aburrido como leer de corrido un diccionario de la A hasta la Z; pero es súper entretenido: uno se entera, por ejemplo, que los de Aguascalientes (México) son hidrocálidos y eso no es chiste. Otra sorpresa pasa por advertir que el único gentilicio que tienen los habitantes de Valparaíso (Chile) es el mismo con que insuflan su ego los de la ciudad de Buenos Aires: porteño. La tercera lección a aprender es que los oriundos de Londres, Inglaterra, son londinenses, en memoria de la Londrinum romana; y que los que viven en Londres, Catamarca, son londrenses, quizás porque al ser de aquí nomás, el latín los ignoró.



Los johnnies. Sépase también que Estados Unidos tiene dos gentilicios: estadounidense y el poco conocido useño, pero impropiamente se los llama norteamericanos o americanos; y peyorativamente yanqui, que viene del neerlandés Janke, o sea, Juanito. ¿Por qué, entonces, no llamarlos lisa y llanamente johnnies?

   El nacido en Estocolmo (Suecia), es un holmiense; si vive en la Isla de Lanzarote (Canarias), es un conejero; si en Oxford (Inglaterra), oxoniense; si en Rio Grande do Norte (Brasil), potiguar; y si proviene de Rio Grande do Sul (Brasil), gaúcho.

   Los oriundos de Betanzos (España) son brigantinos; del Callao (Perú), chalacos; de Budapest (Hungría), aquincenses; de Río de Janeiro (Brasil) cariocas; y de Calatayud (España), bilbilitanos, por la antigua Bílbilis romana.

   Los que desesperan —y con razón— cada vez que tienen que recurrir al gentilicio de alguno de sus tantísimos Alcalá, son los españoles: si es de Alcalá la Real, es alcalaíno; si de Guadaíra, alcalareño; si del Júcar, alcalaeño; y si de Henares, alcalaíno, pero también iplacense (de la prerromana Iplacea) o complutense (de la antigua Complutum Romana).

   Como se ve, hay para hacer historia.

   Para evitarlo, resolvieron llamar colmenareños a los de Colmenar, Colmenar de la Sierra y Colmenar Viejo; pero con los de Colmenar de Oreja hicieron la excepción y los denominaron colmenaretes. ¿Habrá sido porque oreja remite a aretes?.

   El turismo obliga a ilustrarse: un albiense de Albi (Cataluña, España), no es un albigense de Albi (Francia); un antioqueño de Antioquia (Colombia), no es un antioqueno de Antioquía (Siria). Tampoco cabe confundir un bahiense de Bahía Blanca (Argentina) con un bahiano de Bahía (Brasil); un betlemita de Belén (Israel) con un belemita de Belén (Costa Rica); un rionegrino de Río Negro (Argentina), con un rionegrense de Río Negro (Uruguay).

   Es posible deducir que el oriundo de Béjar (España), sea un bejarano; pero con los de Beja (Portugal), es distinto: son pacences, por Pax Augusta, su nombre en tiempos del Imperio.

   Ningún descubrimiento: los habitantes de Alemania son alemanes, germánicos o germanos; pero también tudescos y teutones, porque Deutschland es “tierra de los teutones”.

   El nacido en Andalucía es un andaluz —qué duda cabe— pero también bético o jándalo; ahora, si además nació en la ciudad de Almería, será un andaluz almeriense o urcitano.

   Andalucía tiene otros gentilicios increíbles: los nacidos en Alozaina son pecheros; los de Alpandeire, panditos; los de Andújar, isturgitanos (de la antigua Isturgi); los de Añora, noriegos; los de Cabra, egabrenses; los de Ecija, astigitanos; y los de Huelva, onubenses o choqueros.

   Quien vaya al Africa y recale en Benin —su complejo real y sus bajorrelieves son Patrimonio de la Humanidad— tendrá cuatro opciones para llamar a sus habitantes: benineses, binís, aboenses o dahomeyanos (porque allí estaba el antiguo reino de Dahomey).



Caputbovenses. Si los de Cabeza la Vaca (España) son cabezalavaquinos o cabezalavaqueños, ¿cuál sería el gentilicio de la vecina Cabeza del Buey? No, no es cabezabueyense, es aun peor: caputbovense.

   Otra curiosidad: en Iberia también está Ceuta, cuyo gentilicio es ceutí; y Ceutí, cuyo gentilicio no es ceuta, sino ceutiense.

   Entre los Santiago caben distinciones: santiaguino es el de Santiago de Chile; compostelano el de Santiago de Compostela; santiaguero el de Santiago de Cuba; santiagués el de Santiago de la Puebla; y santiagueño el de nuestro Santiago del Estero.

   ¿Por qué al nacido en Concepción (Chile) le dicen penquista?. Porque hasta el siglo XVII —cuando fue arrasada por un terremoto_ Concepción se situaba en Penco, zona que fue repoblada y hoy se llama Villa Penco por lo que sus habitantes son los pencones.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados