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 domingo, 02 de diciembre de 2007  
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Déficits de la democracia

Nuestra democracia está renga. Es representativa, o sea que con el voto se elige a los representantes del pueblo. Pero aquí la práctica ha metido un palo en la rueda. El pueblo queda lejos y muchos gobernantes hacen lo que quieren. Y lo que quieren a veces tiene poco que ver con lo que quiere el pueblo, y mucho que ver con lo que algunos gobernantes y sus allegados buscan para ellos mismos. Es decir, poder, riqueza, prestigio. La teoría dice que los mandantes (los que mandan) son los ciudadanos y ciudadanas, y los mandatarios (los que obedecen a los ciudadanos) son los funcionarios elegidos. Pero estando en el gobierno, se han inventado numerosos mecanismos para ignorar al pueblo y para que los gobernantes hagan la suya, acumulando beneficios y privilegios que no son "democráticos". El pueblo que queda lejos del poder no tiene cómo hacerse oír cuando necesita cosas que le corresponden pero que no le llegan (trabajo, salud, vivienda, educación, recreación, respeto a sus derechos). Entonces grita, se junta con otros, marcha, hace carteles, corta calles. Si molesta al prójimo, es porque nuestra democracia está renga, es representativa pero no es participativa. Se conocen mecanismos (referéndum, plebiscito, asamblea popular, rendición de cuentas pública de los funcionarios, interpelación a los gobernantes, remoción de los que no cumplen, etcétera), pero o no se convierten en leyes, o no se cumplen. Entonces lo que le falta a la democracia crece en las calles. No habrá calles despejadas mientras nuestra democracia ande renga. Los que se molestan porque se sienten perjudicados deberían preocuparse tanto como los postergados, para que nuestra democracia sea más participativa y dé lugar a los que más la necesitan. Los que la pasan bien se benefician con la democracia renga. Los que la pasan mal están necesitando un sistema verdaderamente democrático. Y así, todos podremos andar más tranquilos por calles despejadas.

Héctor Bonaparte, DNI 6.205548


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