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domingo,
25 de
noviembre de
2007 |
Los mocovíes buscan reconocimiento y vivienda
La comunidad aborigen avanza ante el Inai en la tramitación de su personería jurídica
Walter Gasparetti / La Capital
Cañada de Gómez.— La comunidad “Comagúe Seluquéta’c”, (“Todos estamos luchando” en lengua mocoví), formada por doce familias radicadas en la zona norte cañadense concretó un avance para lograr la personería jurídica ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai), tras recibir la visita de personal técnico del organismo y del Consejo de Participación Indígena .
En el encuentro, los representantes del Inai explicaron los derechos de la comunidad mocoví una vez obtenida la personería.
Los integrantes de Inai, Ariel Naranquivi, Mercedes Liebana, y María José Chena, conociendo las historias de vida de cada miembro de la comunidad, realizaron un minucioso reconocimiento de sus necesidades. en una constatación in situ antes de dar aprobación a la personería.
Integración. “Nuestro gran problema es la falta de terrenos para asentar nuestras viviendas”, comentó el lider de la comunidad Horacio Vázquez.
Durante el encuentro con miembros del Iinai, Vázquez señaló algunos problemas de adaptación al medio cañadense. “Cuesta entrar, pero es hasta que te conocen. Por suerte, todos estamos trabajando. Se dieron cuenta de que somos buenas personas”.
Vázquez expresó además que “en la oficina de Acción Social del municipio cuando planteamos alguna necesidad no nos entienden”, y agregó que en esa repartición alguna vez recibimos el consejo de “que regresemos a las poblaciones de origen, pero ninguno quiere volver”.
Migración. Bajo la sombra de un sauce y al calor de las tres de la tarde, los mocovíes se presentaron individualmente frente ante los miembros del Inai que llegaron desde la Capital Federal. Las historias de vida relatadas coincidieron en un punto: todos llegaron a Cañada de Gómez con la esperanza de encontrar trabajo.
Provenientes de Recreo, Vera, Reconquista, Berna y Margarita, en el norte santafesino, las familias mocovíes más antiguas tienen 25 años de radicación.
Los hombres trabajan en changas, hay albañiles, custodios de seguridad, y las mujeres se ganan la vida como niñeras o en tareas domésticas. Algunos son beneficiarios de planes sociales que da el Estado por familia numerosa. “Comida no nos falta, pero buscamos vivienda o terrenos para hacernos la casita”, explicaron a los visitantes.
En efecto, desde hace varios años gestionan terrenos en el ámbito de la Municipalidad, pero allí les informan que no hay espacios disponibles. Los Vázquez vivieron un tiempo debajo de un cobertor de nailon, hasta que recibieron donaciones en el marco de una campaña solidaria.
Colecta. Fue la revista “En Voz Alta” la que organizó una campaña de ayuda. Los cañadenses donaron chapas, tirantes y elementos para armar una humilde vivienda, pero en un terreno prestado.
Vázquez informó en esa reunión que “es probable que ese predio se venda el año próximo, con lo que se suma otro problema”.
Hace unos meses llevaron a ese sector del barrio La Loma agua corriente y el alumbrado público, con lo que la calidad de vida mejoró sustancialmente.
Los sueños que trajeron a Cañada de Gómez a los mocovíes se están cumpliendo. “Al menos, cuando tengamos la personería no nos podrán mandar de regreso”, dijo Héctor, un poco en broma, un poco en serio cuando le tocó el turno de hablar.
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Fotos
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Funcionarios del Inai entrevistan a los integrantes de la comunidad mocoví.
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