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domingo,
25 de
noviembre de
2007 |
Racing e Independiente jugaron un clásico horrible
Con globos, banderas, cintas y humo de colores, los hinchas de Racing e Independiente tuvieron su fiesta en las tribunas, en un clásico que futbolísticamente fue bajísimo y terminó cero a cero.
Como ninguno de los dos equipos arriesgó, el encuentro fue desprolijo y mal jugado en la fresca tarde del cilindro de Avellaneda.
Para Independiente, más allá de acumular dos años sin perder con Racing, el resultado significó prácticamente quedar fuera de la lucha por el campeonato al estar, con un partido más, a cuatro puntos de Lanús, cuando sólo quedan seis por disputar.
Independiente comenzó mejor gracias a la velocidad en ataque de Montenegro, Sosa y Germán Denis, que complicó a una defensa de Racing a la que le costó acomodarse.
A los 2 minutos, Montenegro tomó un balón en el medio, avanzó unos metros y habilitó por derecha a Sosa, quien remató desde afuera del área a la manos de Navarro.
Dos minutos más tarde el que apareció por sorpresa en la zona media fue Mareque, quien habilitó por derecha a un solitario Sosa, y este fue protagonista de la jugada más peligrosa de la etapa inicial. El atacante definió cruzado ante la salida de Navarro y la pelota se fue desviada al lado del palo derecho.
Parecía que el gol de Independiente estaba al caer porque con su dinámica era mucho mas práctico que Racing.
Sin embargo, el local consiguió equilibrar el trámite a partir de la tenencia del balón. Romagnoli y Bastía, fueron los patrones de su zona, aunque siempre les faltó alternativa de pase para descargar.
Lo más claro del conjunto de Costa fue un cabezazo, a los 35, de Romagnoli que Assmann sacó al córner.
Independiente apareció en cuentagotas, y Racing trató de hacer lo que pudo con sus limitaciones, tanto en ataque como en defensa. Un flojo empate, sin goles en la primera mitad.
Independiente tomó la iniciativa en el complemento, pero sólo fue claro hasta tres cuartos de cancha. A partir de allí sus jugadores se nublaron a la hora de hacer el último pase y le facilitaron la tarea a los defensores de Racing.
El equipo local utilizó como arma de ataque los centros para Sava y dejó de lado jugar por abajo. El único que trataba de hacer circular la pelota era Romagnoli, quien a los 19 dejó sólo a Sava ante Assmann, pero el arquero tapó el disparo. El Colorado tuvo, a los 28, otra oportunidad pero su cabezazo, fue atajado por el juvenil.
Los minutos finales estuvieron de más. Los dos trataron de sacarse la pelota de encima para no quedar expuestos a recibir un gol que les hiciera perder el partido y la tranquilidad de la semana.
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