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domingo,
25 de
noviembre de
2007 |
La transición en Santa Fe
La madurez política de un pueblo se refleja en la calidad de sus gobernantes. Desde la reinstalación de la democracia, en 1983, la Argentina ha tenido avances y retrocesos en todos sus niveles, incluso en la elección de sus líderes políticos. A casi un cuarto de siglo de terminada la larga dictadura militar, la más sangrienta de la historia argentina, la racionalidad, la convivencia y el respeto por el adversario político parecen ser una conducta que tiende muy lentamente a consolidarse.
En la provincia de Santa Fe, más allá de los roces habituales y esperables tras una reñida campaña electoral, las autoridades salientes y las entrantes el 10 de diciembre próximo ya comparten información sobre la marcha de las distintas áreas de gobierno para que la transición sea lo más ordenada posible y sin ningún tipo de sobresaltos. Es más, el gobernador ha anunciado que deja en caja una suma de dinero millonaria, suficiente para que Hermes Binner pueda hacer frente a las obligaciones inmediatas apenas se siente en el sillón del brigadier López.
En la provincia se producirá el mes próximo el primer giro político desde 1983. Nunca antes el peronismo entregó el gobierno a otro partido, como lo hará en pocos días más. Los santafesinos dieron muestras de que nadie tiene comprado el voto y que a pesar del tiempo transcurrido de gobiernos del mismo signo político un cambio fue posible. También la provincia dio señales inequívocas a todo el país de que los procesos electorales deben y pueden transcurrir con absoluta transparencia. Santa Fe tiene el orgullo de exhibirse y ser tomada como ejemplo.
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