Bulimia y anorexia, más allá de la moda

Hay mitos sobre las causas y discusiones teóricas acerca de la bulimia y la anorexia. Se los puede mencionar como un trastorno alimentario, un trastorno en la conducta y otras acotaciones que en vez de clarificar crean cada vez más confusión.

   Anorexia proviene del griego y significa falta de apetito. Bulimia también deriva del griego “bous” (buey) y “limos” (hambre) y significa tener el apetito de un buey, es decir, ingerir grandes cantidades de alimentos en poco tiempo. Si bien se han descripto los signos visibles para poder identificarlos resultan incompletos y a veces se corren riesgos de ser rígidos en el diagnóstico.

La bulimia se presenta como una preocupación constante por la comida (hablar de peso, calorías o dietas); atracones, comer de forma compulsiva, o esconder comida; miedo a engordar; vómitos autoprovocados; abusar de laxantes o diuréticos; ingerir fármacos para adelgazar; realizar regímenes rigurosos y rígidos.

Mientras que la anorexia se manifiesta como una conducta alimentaria restrictiva (poca cantidad de comida) o dietas severas; rituales como contar calorías; cortar la comida en trozos pequeños; miedo intenso a engordar luchando por mantener el peso por debajo de lo normal; hiperactividad (exceso de gimnasia u otros deportes) y en algunos casos atracones y uso de laxantes o diuréticos.

   Los anteriormente descriptos son sólo signos visibles. En cambio el diagnóstico debe ser mucho más profundo y deberá estar a cargo de profesionales porque estas enfermedades están localizadas en la psiquis. Lo que se ve externamente son sólo actitudes, rituales e imágenes. Es muy común echarle la culpa a la moda, las modelos o a las campañas publicitarias. Esta enfermedad ya existía hace miles de años sólo que ahora es más común.



Malestar en el cuerpo

  La anorexia-bulimia son trastornos de la alimentación sólo en apariencia. Se trata de pertubaciones “mentales” con características que implican en un modo profundo al cuerpo. Si verdaderamente el trastorno es sólo alimentario, el problema sería exclusivamente restablecer una alimentacion normal. Ver sólo el trastorno alimentario es no visualizar el malestar que se representa en el síntoma. Es evidente que el enfermo no es “el apetito” y querer curar el hambre intentando reconstruir un equilibrio alimentario sería una ilusión.

   La anorexia-bulimia es, en el discurso social, una evidencia (disminución del peso, amenorrea, traumas óseos, miopatía, etcétera). Esto sería un diagnóstico desde la mirada.

El criterio que orienta a un diagnóstico psicoanalítico es estructural e implica la posibilidad de reconducir los fenómenos sintomáticos a su estructura de fondo. Cada caso como lo afirmaba Freud se debe tomar como si fuera el primero. De este modo se subraya la importancia de la subjetividad individual del paciente fundando de este modo una clínica desde lo particular.



María Soledad Cimadoni

Psicóloga

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