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 domingo, 25 de noviembre de 2007  
“La industria textil creció 20% financiada con capital propio”
El titular de Protejer, Aldo Karagozian, alertó sobre las importaciones chinas

Las calles de Rosario fueron la semana pasada una gran vidriera de la industia textil que utilizó el espacio público como ámbito de expresión no sólo del diseño local sino del potencial de un sector que en los últimos cuatro años creció por encima del 20 por ciento y recuperó el nivel de actividad de los mejores años de la década del 90.

La propuesta “X la calle, circuitos de diseño”, que arrancó en Buenos Aires y tuvo su réplica local, mostró apenas una parte del potencial que la industria textil y de la indumentaria tiene en Rosario, una región que logró posicionarse como un cluster a nivel nacional, especialmente en el desarrollo de nuevas marcas. “Este año vamos a crecer entre un 7 y 8% y pensamos alcanzar un 6% el próximo”, señaló Aldo Karagozian, titular de la Fundación Pro Tejer, dedicada a fomentar la integración de la agroindustria textil y de indumentaria y organizadora de estas actividades en la vía pública. Sin embargo, el empresario —uno de los referentes del sector industrial— aclaró que el sector avanza a paso más lento que el resto de la economía en función de los límites que les impone la creciente importación, especialmente de China y Brasil. “Lo peor que le puede pasar a la Argentina es que ingresen los productos terminados, porque la destrucción es total al interior de la cadena”, reflexionó.

—¿Cuál es la situación que vive hoy el sector?

—Los últimos cuatro años fueron muy buenos para la cadena en general. Se recuperó el terreno perdido durante la década anterior y hoy estamos un 20% por encima del pico que fue en el año 97. Este año se siguió creciendo a aproximadamente a un 7 u 8% y pensamos que el que viene lo va a hacer a un 6%, menos que el nivel general de la economía. La explicación de esto es el espacio que están ocupados los importados. Brasi ya tiene su espacio en las importaciones, pero va perdiendo su lugar frente a lo que viene de China. Brasil ocupaba hasta el año pasado el 50% de las importaciones del sector al país y hoy está por debajo del 42%. El problema de esto es que China ingresa productos terminados, mientras que desde Brasil vienen desde materias primas hasta terminados. Esto hace que la destrucción sea total al interior de la cadena. No es lo mismo traer cinco remeras terminadas que un kilo de hilado de algodón. En el primer caso no trabaja el tejedor, ni el que vende etiquetas, ni nadie. Lo peor que le puede pasar a la Argentina es que entren cinco remeras terminadas.

—¿Están conformes con la actuación del Estado?

—Hay que decir que hay preocupación por esto, todavía no es alerta roja sino amarilla. Hay un monitoreo cotidiano de lo que entra y entiendo que lo mismo ocurre desde el gobierno nacional. Lo que hizo el gobierno cada vez que hubo problemas serios fue intervenir. Se pusieron operativas las liciencias no automáticas , por ejemplo con la entrada de los sweters. El gobierno mostró buenos reflejos antes de que se produzca el daño. Esta es la novedad. Generalmente el Estado actuaba después.

—¿En qué nivel de capacidad instalada están?

—Se dice que estamos al límite de nuestra capacidad y no hubo inversones. Es falso. En algún momento llegamos a una capacidad del 85% y hoy estamos por debajo a pesar de haber crecido en los últimos cuatro años alrededor del 20%. Esto se explica por las inversiones, que llevaron a la capacidad de producción a una nueva frontera. Así, por efecto de la inversión se corre la frontera de la capacidad instalada.

—La inversión se realiza con financiación o reinversión de utilidades?

—Es puramente reinversión de utilidades porque el sector no se financia en bancos sino con capital propio y de proveedores.

—¿Cómo analizan el proyecto de una banca de inversión que fomenta el nuevo gobierno?

—Esto tiene dos aspectos. Por un lado el sector invirtió con capital propio, lo que habla de que es muy sano. No le debe plata ni a los proveedores ni a los bancos. Sin embargo, la reinversión de utilidades no permite crecer a tasas mayores y allí está la otra cara de la moneda. Si se quiere crecer a tasas más elevadas, y esta industria debería hacerlo, sí o sí se necesita crédito bancario a largo plazo. Ahí entra a jugar la necesidad de una banca nacional o de desarrollo.
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