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 domingo, 11 de noviembre de 2007  
Pakistán resiste las medidas represivas del gobierno
El país “es una olla a presión”, advirtió la opositora Bhutto. Expulsan a 3 periodistas británicos

Islamabad. — La líder opositora paquistaní Benazir Bhutto describió a Pakistán como una olla a presión a punto de explotar, luego de que el gobierno del presidente Pervez Musharraf expulsara a tres periodistas británicos. En contraste, el presidente de EEUU, George W. Bush, felicitó a Musharraf, porque prometió terminar con el estado de sitio que impuso hace una semana y convocar a elecciones . EEUU es un aliado estratégico de Musharraf y ha desechado imponerle sanciones.

   Luego de haber declarado el estado de sitio el sábado de la semana pasada, el general Musharraf removió a la mayoría de los jueces del país, puso a muchos bajo arresto domiciliario y ordenó a la policía encerrar a los principales líderes de la oposición y a miles de manifestantes. Además, dictó restricciones contra los medios de comunicación. Los canales privados de noticias están fuera del aire desde entonces y las transmisiones de las cadenas internacionales CNN y BBC han sido bloqueadas, aunque los diarios todavía circulan libremente.

   “Pakistán bajo una dictadura es una olla a presión”, dijo Bhutto en una recepción en el Senado. “Sin un lugar para descargarse, la pasión de nuestra gente por la libertad amenaza con explotar”, advirtió la principal figura de la oposición, recientemente regresada del exilio.



Periodistas afuera.  Ayer tres periodistas de los diarios británicos Daily Telegraph y Sunday Telegraph fueron expulsados “por utilizar un lenguaje abusivo y grosero”, para referirse al presidente paquistaní en una nota publicada el 9 de noviembre.

   Cientos de periodistas paquistaníes protestaron ayer en Islamabad contra las medidas represivas que padecen y el estado de sitio.

   Bhutto, la líder política con más capacidad de llamar a movilizaciones masivas, fue sometida el viernes a prisión domiciliaria durante unas horas, para impedirle encabezar una protesta. Ayer, cuando Bhutto intentó visitar al depuesto ex presidente de la Corte Suprema —quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde hace una semana— se le impidió acercarse al domicilio. “El es el el real presidente de la Corte Suprema”, gritó Bhutto con un megáfono, en una improvisada manifestación.

   Bhutto planea liderar una “gran marcha” el martes para presionar a Musharraf a que revoque el estado de sitio, restablezca la Constitución y restituya a todos los jueces removidos. Además, le exige que dimita de su cargo de jefe del ejército, realice elecciones en enero próximo —y no en febrero, como prometió— y libere a los miles de detenidos en esta semana de represión.

   Para dictar el estado de sitio Musharraf argumentó que el Poder Judicial le era hostil y que estaban creciendo los grupos milicianos islámicos. Aunque esto último es cierto, la realidad política indica que quienes más han resistido el estado de sitio son los sectores moderados y laicos, como los seguidores de Bhutto. Musharraf expulsó a la mayoría de los jueces de la Corte Suprema y los reemplazó con otros afines. Así quiso evitar que el alto tribunal considerara inválida su victoria en la elección presidencial del pasado 6 de octubre, por haberse presentado siendo jefe del ejército, algo que veta la Constitución.



Bush, conforme. El presidente George W. Bush, desde Texas, elogió a Musharraf, y encomió las “medidas positivas”, como las promesas de derogar el estado de sitio, dimitir como jefe del ejército y convocar a elecciones para febrero próximo.

   Musharraf ha prometido que las elecciones parlamentarias se realizarán el 15 de febrero, casi un mes después de la fecha original. El general paquistaní aseguró que renunciaría a su cargo de jefe militar y juraría como presidente civil, una vez que los nuevos jueces designados por él en la Corte Suprema eliminen los cuestionamientos a su reelección. De esta forma Musharraf se aseguraría su continuidad como presidente, cargo que ocupa desde el golpe de 1998.


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