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domingo,
11 de
noviembre de
2007 |
Embarazo: beneficios de la reflexología y la natación
El embarazo es un proceso psicobiológico que se desarrolla dentro de un marco sociocultural y ambiental de la mujer cuya duración aproximada es de 9 meses desde el momento de la concepción hasta el parto.
Luego del diagnóstico de embarazo y de los primeros controles médicos (obstétricos particularmente) es aconsejable la práctica de estimulación corporal a través de sesiones de reflexología, una técnica milenaria y natural basada en el masaje y la digitopresión puntual de determinadas áreas del cuerpo en especial de los pies donde se encuentra representado todo el organismo. Además es importante la práctica de una actividad física orientada hacia las cuestiones típicas del embarazo, sobre todo para aquellas mujeres que además de los métodos convencionales desean o necesitan un tratamiento particularizado para tratar las molestias y las problemáticas emergentes de este estado tan especial de la vida.
Los desequilibrios más frecuentes de las embarazadas que el reflexólogo y el especialista en actividad física pueden aliviar tanto a nivel físico como anímico son:
Náuseas, vómitos y acidez.
Mareos.
Trastornos del apetito.
Exceso de peso.
Celulitis.
Dolores de espalda.
Várices.
Alteraciones en la presión arterial.
Ansiedad, angustia, tristeza o depresión.
Cansancio.
Para estos casos existen puntos concretos sensibles a la estimulación en los pies que a través de la digito presión puntual y maniobras manuales podales y verbales más complejas pueden ser abordados de forma adecuada por la reflexología.
Es recomendable la regularidad de las sesiones (una vez por semana) y en especial a partir del cuarto o sexto mes de gestación. La duración de las sesiones es de 40 minutos aunque también se puede proponer una sesión especial de menor duración.
Ejercicios en el agua
Las molestias pueden ser controladas por medio de una ejercitación guiada y supervisada por un profesional. La motricidad en el medio acuático es una de las actividades más recomendadas durante el embarazo. Ejercitarse en el agua a través de la natación e hidrogimnasia aporta los siguientes beneficios:
Previene los dolores por contracturas musculares.
Mejora la movilidad articular.
Estimula el sistema circulatorio y respiratorio.
Refuerza el tono muscular.
El ambiente proporcionado por el agua a temperatura agradable (entre 32º y 33 º) sumado a la ingravidez que ofrece este medio permite el desarrollo de un programa de acondicionamiento físico seguro y de muy bajo impacto.
Si se aplica la estimulación corporal durante esta etapa siempre se debe insistir en el control periódico, una nutrición adecuada y la educación prenatal por parte del obstetra.
Damián Gerlero
Profesor de educación física
Juan Marcelo Encalada
Reflexólogo
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