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domingo,
28 de
octubre de
2007 |
La gran decisión. Los argentinos determinarán hoy si avalan el proyecto K o se inclinan por un cambio
Por primera vez dos mujeres con chances de ser presidenta
Cristina Kirchner aparece como la gran favorita. Lilita Carrió buscará forzar una segunda vuelta
Los argentinos definirán hoy si en las elecciones presidenciales se expresa mayoritariamente la voluntad de continuar con el modelo inaugurado por Néstor Kirchner cuatro años atrás o si, por el contrario, se abre la puerta al ballottage y a la consecuente posibilidad de cambiar el color político de la Casa Rosada.
Las encuestas pronostican que la candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner será elegida para suceder a su marido, pero los errores exhibidos en los últimos años por los medidores de la intención de voto aconsejan, al menos, dejar un espacio prudencial para el misterio.
Los aspirantes a la Presidencia de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y de UNA, Roberto Lavagna, tienen con el actual nivel de indecisos posibilidades matemáticas de ingresar a una segunda vuelta. La realidad es que, cualquiera sea el resultado de las elecciones, el lunes deberá ser examinado a través de sus múltiples elementos como en una lección de anatomía.
Timonel. El primer interrogante a develar es si la senadora se impone en primera vuelta o si hay ballottage. Un triunfo holgado de Fernández de Kirchner ratificaría la voluntad de la mayoría de los votantes de mantener el actual rumbo económico y político sin golpes de timón. La victoria de la senadora confirmaría la consolidación del espacio político que edificó Néstor Kirchner al frente de la Presidencia, desde que en 2003 se impuso por apenas el 22 por ciento de los votos y que tuvo en el triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas de 2005 su principal validación.
La oposición, que lejos del poder sufrió doblemente los efectos de la eclosión del sistema de partidos, busca definir un liderazgo que permita en los próximos cuatro años edificar una fuerza alternativa. A lo largo de la campaña, Elisa Carrió, la candidata de la Coalición Cívica, desplegó como estrategia un discurso de mayor moderación y el diseño de una fuerza menos volcada a la centroizquierda, como era el ARI.
Será su segundo intento por alcanzar la Presidencia y encuentra en los centros urbanos su mayor fortaleza. Lavagna apostó por capitalizar sus logros como el ministro que condujo la economía de la Argentina tras la crisis y en términos de construcción política prefirió echar mano a la estructura nacional de la UCR y del sector del duhaldismo que se rehusó a volver al kirchnerismo tras la derrota de 2005.
Detrás marchan Alberto Rodríguez Saá (Frejuli), que se inclinó por apelar a la mística peronista, y Ricardo López Murphy (Recrear), quien enfrentó problemas para solidificar una opción como consecuencia de sus diferencias con su socio de PRO, el jefe de Gobierno porteño electo, Mauricio Macri.
También buscan un lugar el director Fernando Pino Solanas (Proyecto Sur), con insistentes críticas a la política petrolera del gobierno, y Jorge Sobisch (MPU), que hizo eje en la seguridad y el orden.
La disección de los resultados de las elecciones deberá posarse también en las ocho provincias que eligen gobernador: Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Salta y Santa Cruz.
Tres tienen una significación especial. Buenos Aires, porque representa prácticamente el 40 por ciento del padrón y fue la clave del triunfo kirchnerista tanto en 2003 como en 2005. Allí, el candidato oficialista Daniel Scioli transcurrió cómodamente la campaña sin que apareciera ni siquiera una sombra de derrota. Santa Cruz, porque es la provincia del presidente y la oposición desafía con fuerzas renovadas al candidato del gobierno, Miguel Peralta. Y Mendoza, donde se juega una suerte de interna de la coalición kirchnerista: César Biffi, el elegido por el candidato oficialista a vicepresidente, Julio Cobos, protagoniza una partida complicada frente al justicialista Celso Jaque.
Nueva composición. Las elecciones definirán el futuro de partidos tradicionales como el peronismo, la UCR y el socialismo. También la composición del Congreso, que desde 2005 dominó sin inconvenientes el kirchnerismo y que durante el año en curso quedó prácticamente paralizado como consecuencia de la campaña.
Inevitablemente, el resultado de hoy rediseñará los bloques del Parlamento y separará un espacio kirchnerista, integrado por justicialistas y aliados, entre quienes aparecen radicales y socialistas, y las nuevas bancadas opositoras, que tendrán el desafío de reorganizar su atomización a la luz de las nuevas figuras predominantes.
En diciembre asumirán 130 nuevos diputados, la mitad de la Cámara baja, y 24 senadores, un tercio del Senado. El lunes, cuando se conozca la amalgama de triunfadores y perdedores de los comicios, la Argentina exhibirá un nuevo rostro político en el camino hacia su Bicentenario.
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Cristina ya se ve presidenta, Lilita se prepara para el ballottage.
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