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domingo,
14 de
octubre de
2007 |
Energía. El consumo de los acondicionadores de aire es equivalente al déficit que se tuvo que cubrir en el invierno con la restricción a las industrias
El verano reaviva los temores de la crisis energética
Especialistas vaticinan más restricciones
hasta tanto no operen las nuevas centrales
Patricia Martino / La Capital
La crisis energética quedó en stand by con la llegada de la primavera pero la posibilidad de que regrese a escena está latente. Se estima que cuando suba la temperatura y los acondicionadores de aire comiencen a funcionar, los equipos consumirán diariamente casi 2 mil Mw de energía, el equivalente al déficit que se tuvo que cubrir en el invierno con el corte del suministro a las industrias.
Si bien el gas que consumieron los usuarios residenciales durante el período invernal se volcará a la generación de energía eléctrica y ayudará a cubrir parte de la demanda, nadie asegura que no se presenten problemas y vuelva algún tipo de restricción formal o informal. Eso sí, a diferencia del duro invierno, se prevé que la suspensión del servicio para los grandes usuarios suceda esporádicamente y no en forma programada.
La situción está planteada en estos términos porque las obras anunciadas para aumentar la capacidad de generación de energía no estarán funcionando en el verano. La oferta de 1.600 Mw proveniente de las centrales de Timbués y Campana recién comenzará a estar disponible —será en etapas— a mediados del año que viene. Tampoco se podrá contar con las cinco plantas de generación eléctrica que licita Enarsa y mucho más alejada se encuentra todavía la posibilidad de elevar la cota de Yacyretá y terminar Atucha II.
Ante este escenario, y aunque comiencen a producir energía las pequeñas unidades generadoras transportables y sobre barcazas que estarán distribuidas en las principales ciudades del noreste, noroeste y la costa atlántica del país, los posibles escenarios no son muchos y se prevé que en el verano volverán los problemas energéticos.
Un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Nación advierte que el abastecimiento para el consumo interno de gas natural y electricidad sufrirá limitaciones en el período estival.
Además, alerta que las demandas sectoriales más importantes se dirigirán al gasoil, “provocando inconvenientes con su abastecimiento en todo el país, principalmente en el sector agrícola”.
También algunas industrias utilizan este combustible para hacer funcionar sus generadores.
El estudio destaca que “es de esperar que los últimos récords de energía y potencia sean superados durante el verano y subraya que ante un parque de generación que no va a contar con más energía a esa fecha es muy probable que el equilibrio del sistema se logre mediante reducciones de carga, como ocurrió recientemente”.
El aumento de la demanda energética y los años de falta de inversión en el sector trazan un estrecho desfiladero.
La hipótesis para analizar el período que va de noviembre de este año a abril de 2008 es la de una suba del consumo del 7,3% entre todos los sectores.
La presión de este crecimiento seguirá haciéndose sentir incluso cuando funcionen las nuevas centrales de Timbúes y Campana.
Por el lado de la producción, un informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) precisó que durante los siete primeros meses de 2007, los tres segmentos del sector energético tuvieron una evolución muy dispar. Por caso, la producción de energía eléctrica trepó un 3,8% con relación a 2006, mientras que la de gas natural se contrajo 1% en el marco de una tendencia decreciente, ya que se ubicó un 2,6% por debajo de iguales meses de 2004 (lo cual muestra el virtual estancamiento en el que se encuentra). Por su parte, la producción de petróleo cayó 2% de caída y quebró la tibia recuperación insinuada en el primer cuatrimestre del año.
La matriz energética
La Argentina es un país gasdependiente, con un 49% de la matriz energética atada a este combustible. Los derivados del petróleo explican un 31% de la demanda, y luego viene la energía eléctrica con 10%. En Santa Fe, según datos de 2005, el consumo está conformado por 29% de gas natural, 23% de fuel oil, 16% de gasoil, 14% de GLP, 11% de electricidad, 3% de GNC y otros un 4%.
Un dato importante es que el consumo de gas natural marcó un récord en julio motorizado por el crecimiento de la demanda residencial ,que se ubicó un 28% por encima de su récord anterior de ese mismo mes pero de 2000. A este nivel se llegó merced al corte del suministro a los grandes usuarios.
Teniendo en cuenta estos números, Jorge Saldaqui, director de la consultora South Pool, planteó un interrogante: con qué gas funcionarán las usinas licitadas. “La producción local se encuentra estancada o inclusive en descenso y el gobierno apostó fuerte la importación desde Bolivia firmando un contrato de compraventa de gas natural por un volumen inicial de 7,7 millones de m3/día con previsión de alcanzar 27,7 millones de m3/día.
El problema es que Bolivia alcanzó su límite de producción con 41,1 millones de m3/día y tiene compromisos de exportación con Brasil por 26 millones de m3/día. En definitiva se observa una sobrecontratación, para lo cual se necesita imperiosamente que Bolivia aumenta su producción”, advirtió.
“El panorama más probable es la imposibilidad de satisfacer el pico casi en forma continuada a partir de marzo del año que viene, situación que se vería moderada por el ingreso de las nuevas usinas”, sostiene un informe de South Pool .
En conclusión, Saldaqui considera que “se observa una escasez importante de reservas hacia mayo de 2008 y desde ahí en adelante, el escenario de déficit podría adelantarse hacia fines de noviembre 2007 y febrero de 2008”.
Para enero el riesgo “es menor por la baja demanda industrial”.En ese caso, tallarán algunas variables con comportamiento desfavorable como altas temperaturas o la salida de servicio intempestiva de grupos generadores, que producen una disminución de oferta.
Con una mirada más apocalíptica, el economista Daniel Montamat, titular de la consultora energética que lleva su nombre, considera que “el verano viene complicado y el próximo invierno también”.
En ese sentido, sostiene que “en días de calor intenso la demanda de potencia eléctrica en el pico puede superar la potencia disponible” y sugiere que si hay que racionar de nuevo “deberá involucrarse en el plan a todos los sectores”.
El analista destaca que la escasez de gas natural complica la solución del problema eléctrico e impone una transición más prolongada. “Si el suministro de Bolivia es ahora caro e inseguro, si los cortes a Chile ya no aseguran volúmenes significativos, y si la construcción de una planta de gas natural líquido nos obliga a negociar contratos de largo plazo en un mercado internacional que hoy está sobredemandado, no nos quedan demasiadas opciones”, dijo.
“Hay que tratar de descubrir gas nuevo en la Argentina (7 a 8 años), mientras se busca transformar en las actuales zonas productivas las reservas probables y posibles en reservas probadas. Y aquí viene el quid de la cuestión: el esfuerzo exploratorio impone otro escenario de precios y el alza de precios del gas natural en boca de pozo implica una recomposición general de precios y tarifas en la canasta energética argentina, cuya magnitud se subestima”, subrayó.
Alberto Rosandi, titular de la consultora Eiys, se mostró preocupado por el retraso de las obras en Campana y Timbúes pero consideró que pueden aportar energía algo más rápido las turbinas de generación distribuida que licitó Enarsa si los oferentes proponen motogeneradores.
De todos modos, el analista sugiere que la mejor herramienta para pasar el verano es el uso racional de la energía por parte de la población.
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La saturación de las líneas de la EPE puede agravar el panorama.
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