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 miércoles, 12 de septiembre de 2007  
En Santa Fe hay gente en riesgo por tomar agua con arsénico
Un contaminante poderoso que produce daño en la piel y aumenta el riesgo de cáncer. Muchas comunas mejoraron la calidad del agua pero aún hay lugares de la provincia en peligro

Florencia O´Keeffe / La Capital

Santa Fe es una de las provincias argentinas con mayor concentración de arsénico en el agua debido a la conformación geológica de los suelos. Si bien se amplió considerablemente el número de comunas y municipios que tomaron medidas para evitar casos de intoxicación por este poderoso contaminante, el problema todavía existe ya que mucha gente toma agua de pozo y porque aún hay localidades que no instalaron plantas que eliminan el arsénico .

Dado que el consumo de agua con altos niveles de esta sustancia puede ocasionar graves lesiones en la piel y el organismo en general, la Sociedad Argentina de Dermatología puso en marcha la segunda campaña de información y concientización. “El objetivo es advertir a la población sobre los riesgos que van desde alteraciones en la piel de las palmas de las manos y plantas de los pies y manchas en la piel del tórax hasta tumores malignos cutáneos y eventualmente en órganos internos como pulmón, estómago, hígado y próstata”, dijo la dermatóloga Mónica Recarte.

El Hidro Arsenicismo Crónico Regional Endémico (Hacre) es una enfermedad que se produce por la acumulación lenta pero continua de arsénico en el organismo a partir del agua que se usa para beber, para cocinar, en la agricultura y la ganadería. “Los riesgos son a largo plazo por eso no solemos ver niños con este problema ya que un ser humano debe estar expuesto muchos años para tener síntomas”, explicó Rubén Tomasini, médico dermatólogo y co-autor del libro “Estudio epidemiológico por exposición al arsénico a través del consumo de agua”.

El médico señaló que el arsénico es un elemento químico que se presenta de modo natural en el agua, en general en concentraciones más altas en aguas subterráneas que en superficiales, por eso, quienes beben agua de pozo o tanques están más expuestos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió bajar el índice permitido de arsénico en el agua de 0,10 a 0,01 microgramos/litro con lo cual, a partir de esta regulación, la mayoría de los lugares quedarían en falta. En Santa Fe oficialmente se considera aceptable hasta 0,50 microgramos/litro pero se detectaron localidades con hasta 200 microgramos/litro.

Peligro comprobado. Cuando el doctor Tomás Hintze llegó a San Eduardo (a 175 km de Rosario, muy cerca de Venado Tuerto) y comenzó sus actividades como médico de atención primaria se sorprendió por la cantidad de gente con cáncer. “Se dieron varios casos en personas jóvenes y la comunidad empezó a preocuparse”, contó a este diario.

Luego de dos estudios epidemiológicos que puso en marcha el gobierno provincial a pedido de los habitantes se determinó que el agua de San Eduardo no era apta. “El informe fue concluyente: de 10 pozos analizados 9 estaban contaminados con altos niveles de arsénico y otros contaminantes riesgosos para la salud como nitritos, nitratos y flúor”, comentó Hintze.

“Gracias a la predisposición de los dirigentes comunales se instaló en San Eduardo una planta de ósmosis inversa que permite obtener agua segura. Si bien es necesario ir a buscar el agua potable porque no tenemos el sistema domiciliario de red, hubo tanta conciencia en el pueblo que tuvieron que hacer una planta más grande porque todo el mundo recurre a ese servicio”, destacó el médico.

Habitantes en problemas. Un estudio epidemiológico encargado por el Enress (Ente Regulador de Servicios Sanitarios) determinó en el 2004 que 233.221 habitantes santafesinos estaban expuestos a altos niveles de arsénico por consumo de agua. “Si bien la prevalencia es del 2,5% (y se considera baja), pusimos en marcha un operativo para que la mayoría de las comunas y municipios que no tenían plantas de ósmosis inversa — que es la que se necesita para bajar el nivel de arsénico— las instalaran”, detalló Helio Vázquez, bioquímico y gerente de control de calidad del Enress.

Vázquez explicó que adhirieron el 90% de las comunas a las que se intimó para que instalaran las plantas correspondientes. “La tarea fue complicada porque son inversiones importantes y no todos lograban comprender la gravedad de la problemática”.

Las zonas oeste y sur de la provincia son las que mayor cantidad de arsénico poseen. En Santa Fe hay 308 servicios centralizados de agua potable que son controlados periódicamente “y que no tienen este problema”, destacó Vázquez.

“Los habitantes de Rosario y otras tantas localidades que tienen agua potable corriente tienen que estar tranquilos”, remarcó el especialista. De todos modos, dijo, en lugares como Funes donde aún no hay agua potable corriente en todo el pueblo el peligro está latente. “Al casco urbano le provee agua la planta de Rosario, pero mucha gente toma agua de pozo”, destacó el bioquímico.

Además de Funes, Aguas Provinciales suministra desde Rosario a Villa Gobernador Gálvez, Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria. “El agua de río no tiene arsénico, sino cuanto más profundo es el lugar de dónde se extrae el fluido”, mencionó.

“Es importante saber que el problema para la salud no es a corto plazo pero sin dudas existe. Aunque en la provincia de Santa Fe el riesgo es moderado es clave que se hable de esto y se tome más conciencia”, finalizó el dermatólogo Tomasini.


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