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domingo,
28 de
enero de
2007 |
Edición Matutina |
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Proteger los símbolos de la ciudad
En medio del vértigo informativo una noticia conmovió días atrás a los rosarinos: el cierre de uno de los cafés más tradicionales de la urbe, La Buena Medida. La esquina de Rioja y Buenos Aires fue, por largos años, refugio de muchos. Como se interrogaba un pie de foto aparecido en la tapa de La Capital, ¿quién no pasó alguna vez por allí? Y sin dudas, la bohemia y también la gente de trabajo, los intelectuales, los estudiantes y los militantes hicieron de “La Buena” —tal cual cariñosamente solía llamársela— un enclave crucial.
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Aquellos años setenta
Como suele suceder con muchas otras discusiones en nuestro país, el incipiente debate sobre la violencia política en los 70, y el papel que a cada uno de los protagonistas le cupo, amenaza con esconder más que lo que podría revelar.
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Dos hechos para la meditación
Dos hechos distantes uno de otro, de naturaleza absolutamente disímiles, pero de consecuencias preocupantes para la sociedad se produjeron en Rosario en los últimos días. El primero de ellos afecta el bolsillo de gran...
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El show está por comenzar
Miguel Lifschitz se encamina sin demasiados sobresaltos hacia su reelección.
Aunque la gestión municipal desaceleró su marcha y buena parte del gabinete luzca hoy aburguesada, no parece haber adversarios que estén a la altura del conflicto. El PJ, encerrado en su interna provincial, carece en Rosario de lo mismo que la oposición en el nivel nacional: un proyecto alternativo, superador, viable, que vaya más allá de la anécdota o de la crítica frívola.
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