|
miércoles,
27 de
diciembre de
2006 |
"Temo que sea adictivo"
Mariela Otta tiene 37 años y 3 hijos. Ya se hizo tres operaciones de mamas, una liposucción y se colocó botox. Ahora, dice, se siente “otra persona”. Lo primero que hizo Mariela en este camino de transformación es bajar 20 kilos. “Estaba irreconocible, no se me veían ni los ojos por los kilos de más. Me sentía siempre triste, pero como en el fondo tengo una fuerza de voluntad enorme, en poco tiempo logré mi objetivo”, menciona.
En relación a las cirugías de mamas, dice que no se arrepiente pero asegura que el cambio tuvo su precio. “Operarse no es sencillo... Hay que estar muy decidida y en manos del mejor profesional. ¿Si me dio temor? Sí, un poco, pero cuando veo los resultados me siento feliz”. La primera intervención para aumentarse las lolas se la hizo después del nacimiento de su primer hijo, hace 13 años. Luego, a principios del 2006, decidió ir por más: “Me coloqué implantes de 495 cm3 en enero y tuve la mala suerte de que uno de ellos se encapsuló. Empecé con dolores fuertes en el brazo, y opté por operarme de nuevo”.
Pero ya que había que pasar por el quirófano Mariela se decidió por un volumen atípico para el promedio en nuestro país: 600 cm3. “Ahora estoy realmente conforme”, señala. Dice que no son pocos los que le preguntan cuándo piensa parar ya que ella no descarta volver a recurrir al bisturí para hacerse algún nuevo "retoque". Al respecto reflexiona: “Me parece que es hora de que disfrute del cuerpo que tengo y que tanto me costó, ¿no?; porque la verdad, es que a veces me da un poco de miedo de que se convierta en una adicción”, confiesa finalmente.
enviar nota por e-mail
|
|
|